Durante meses, las negociaciones secretas para poner fin a la guerra entre los líderes afganos y los talibanes parecían prometedoras, aunque solo fuera por la aparición de cierto líder insurgente: Akhtar Mohamed Mansur, uno de los comandantes del movimiento talibán. Pero ahora resulta que Mansur no era en absoluto Mansur.
En un episodio digno de una novela de espías, funcionarios de Estados Unidos y Afganistán aseguran que Mansur es un impostor y que poco se ha conseguido en las conversaciones de alto nivel llevadas a cabo con la ayuda de la OTAN. "No es él", afirmó un diplomático occidental implicado en la negociación. "Y le dimos mucho dinero", añadió. (...)
El mulá Mohamed Omar, jefe máximo de los insurgentes, siempre ha negado que hubiera negociaciones con el Ejecutivo afgano o con EE UU. Alguna versión apunta a que el impostor Mansur es en realidad un comerciante de la ciudad paquistaní de Queta; otras indican que pudiera tratarse de un agente de los servicios secretos de Pakistán.
Solo hace un mes, funcionarios de Afganistán y EE UU tenían grandes esperanzas puestas en esas conversaciones. Incluso el general David Petraeus, jefe militar norteamericano en el país, dijo que las negociaciones indicaban que los dirigentes talibanes estaban dispuestos a discutir el fin de la guerra." (El País, 24/11/2010, p. 7)
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