"Tomarte por gilipollas, el plan del PP para gobernar
El PP tiene un patrón. Tiene estrategia. Un patrón político definido y claro que ejerce en cada emergencia o catástrofe que les toca gestionar. Un plan definido y bien perfilado, cada vez menos depurado porque parece no hacerle falta actuar con mucho disimulo. La guía para llegar a Moncloa mientras gobierna la mayoría de las comunidades autónomas y no puede hacerse pasar por 'outsider' es tomar por gilipollas a la ciudadanía. Lo cierto es que tiene motivos más que suficientes para seguir usándolo porque no parece que le vaya mal. No podría de otra manera seguir en su cargo un personaje tan nefasto como Carlos Mazón.
Las muertes en las residencias de ancianos en Madrid eran responsabilidad de Pablo Iglesias, los más de 200 muertos de la DANA fallecieron porque Teresa Ribera no limpió el barranco del Poyo y los incendios en Castilla y León y Galicia se han desmadrado porque Pedro Sánchez no les ha enviado al tercio de la legión para apagar el fuego. En lo que respecta a los incendios de este terrible mes de agosto no ha habido diferencias con la práctica habitual con la que el PP viene operando, pero por escandaloso que resulte no podemos dejar de mostrar cuál es la verdad frente a su propaganda.
La ley 43/2003 de Montes y las competencias en prevención y extinción de incendios indicados en los planes de las comunidades no dejan lugar a dudas sobre quienes son los encargados de gestionarlo. La competencia es autonómica de forma exclusiva. Mañueco y Rueda son los encargados de evitar que haya incendios, o al menos, de minorizar sus consecuencias tanto en Galicia como en Castilla y León. Son las comunidades autónomas las encargadas de realizar los planes dasocráticos- es flipante que no hayas oido hablar de esta palabra estos días- pero son la madre del cordero de lo que está pasando. Mañueco y Rueda, como el resto de presidentes de las comunidades autónomas, son también encargados de realizar los planes de prevención y extinción, además de proporcionar la dotación humana y material de las brigadas forestales, bomberos y cuadrillas en los lugares que identifican como puntos con riesgo extremo de incendio. Solo hay que leer el INFOCAL y el PLADIGA, los planes de Castilla y León y Galicia, para entender que no existe duda alguna sobre quién es el responsable de que los incendios no se produzcan y de que cuando se produzcan sean lo menos lesivos posible. Pero su plan no es ser competente y un gestor responsable, su plan de acción política es favorecer a los que más tienen y engañar a unos cientos de miles perjudicados con sus decisiones, haciéndoles creer que la culpa de su situación es de otros.
Todos aquellos que viven en Castilla y León en zona de riesgo de incendio estarán cada día más en peligro si no se señala de manera clara al responsable de cuidar su tierra. Cada vez que Mañueco quiere eludir su responsabilidad apuntando al gobierno central pone en riesgo a los que viven en las zonas de riesgo extremo por incendio. Si le sale gratis su gestión negligente estarán más en peligro porque no tiene incentivos en ponerle solución, le bastará con apuntar a otros y seguir gobernando. Le basta para lograrlo acusar a quien no tiene responsabilidad con bulos, medias verdades y maledicencias para convencer a unos cuantos incautos de que su seguridad la ponen en peligro los ecologistas, el gobierno o un fantasma que se llama woke y que representan plumillas como este que les escribe que nunca jamás tendrán un ápice de poder para poner una cuadrilla de extinción en su pueblo perdido de la sierra de la Culebra o en Serra do Courel.
Tienen un plan y no es para la mayoría, sino para una minoría que nunca necesitará los servicios públicos. Lo primero que hacen es rebajar impuestos a las rentas más altas que son a los que siempre defenderán, después, con menos recursos económicos, recortarán los servicios públicos que van destinados a la gente más humilde y que depende del Estado en todas sus formas para garantizar su salud, educación y seguridad. Lo poco que quede del pastel, aquello que no pueden eliminar, lo privatizarán para que unos cuantos empresarios amigos hagan negocio.
Como los servicios públicos no pueden obedecer a las premisas de rentabilidad, llegará el momento en que no haya medios suficientes porque haya una emergencia o una catástrofe y se quemarán montes, morirán ancianos, o una riada arrastrará a unos cientos de españoles sin que haya posibilidad de atender esa emergencia como es debido. Los servicios públicos en materia de emergencias funcionan como un seguro de casa, solo te acuerdas de él cuando lo necesitas y la mayoría de las personas lo pagarán sin necesitarlo nunca en su vida.
Entonces, cuando la tierra arde, los viejos se asfixian y los niños se ahogan en el barro, comienza la propaganda a funcionar. Los millones de euros en publicidad institucional comienzan a carburar haciendo chirriar la maquinaria y se comenzará a eludir la responsabilidad intentando empatar culpando a cualquiera que no tenga ninguna atribución administrativa para que muchos de los afectados miren a quien no deben o se sientan tan confusos con el batiburrillo de la opinión pública para que como mínimo lleguen a la conclusión de que todos son iguales y les voten, por lo menos, por cuestiones culturales. Porque al menos son como dios manda. El plan es tomarte por gilipollas.
Tomarte por gilipollas es que Juanma Moreno vuelva con su guayabera verde y su bronceado marbellí para dar un canutazo en Málaga diciendo que no ha vuelto de vacaciones porque le dijeron que no hacía falta y que él no iba a volver para hacerse una foto. Tomarte por gilipollas es que vuelva para hacerse una foto en la plaza de toros de Málaga justo después de decirlo. Tomarte por gilipollas es que al mismo tiempo hayas tenido una imagen de Isabel Díaz Ayuso de turisteo pirolítico vestida con shorts y camiseta para hacerse una fotito tras volver de Miami y pirarse de nuevo. Dentro de poco sabremos si a una casa que pagamos todos, otra vez. Tomarte por gilipollas es que Alberto Núñez Feijóo se vaya con Mañueco a hacerse un posado a un puesto de mando de atrezzo en un pueblo donde no hay incendios y llevarse un bulldozer de las labores de extinción para que el set de fotografía quede más aparente. Ellos te toman por gilipollas, de ti depende que les des razones para que lo hagan."
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