"El extraordinario despliegue policial
que intentó proteger ayer el Congreso contra los manifestantes del 25-S
no funcionó, tal y como reconoce la propia delegada del Gobierno,
Cristina Cifuentes.
Todavía no se sabe en que circunstancias fueron
heridos los siete diputados, pero todo apunta a una filtración de los
incidentes que se estaban produciendo en el exterior del Congreso, donde
se sucedían las detenciones y las cargas policiales contra los
ciudadanos.
Los políticos afectados solo se dieron
cuenta de que estaban heridos cuando finalizó el pleno y se disponían a
tomar el gin tonic de rigor. En ese momento fue cuando comenzaron a
sentir unas fuertes náuseas que les impidieron beberse a gusto el
combinado.
A pesar de que algunos compañeros diputados intentaron
reanimarles, los heridos continuaron con el gran malestar e incluso
perdieron las ganas de mentir. “Intentamos convencerles de que lo que
estaba pasando en la calle no tenía nada que ver con ellos pero fue
inútil”, comenta uno de los congresistas.
Los diputados no pudieron salir del
Congreso hasta cuatro horas después de que acabasen los altercados, una
vez que los servicios municipales de limpieza pudieron retirar las casi
veinte toneladas de vergüenza que les dejaron los manifestantes rodeando
todo el edificio.
Cifuentes, que probablemente abandonará esta tarde el
búnker subterráneo en el que se instaló junto con el ministro del
Interior para dirigir las operaciones de defensa del Congreso, confía en
identificar a un gran número de manifestantes gracias a los restos de
indignación y rabia que han quedado esparcidos por la zona.
“Algunos
diputados pasaron verdadera angustia por no poder salir a almorzar”,
declaró la delegada del Gobierno. “Y eso se va a castigar”, puntualizó." (Rokambol News, 26/09/2012)
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