"Unos cuantos chistes explican mucho más que un telediario ruso:
“Las elecciones son una excelente época para los milagros: ¡Se puede estar en dos lugares al mismo tiempo!”
“Llega el presidente de la Comisión Electoral Central, Vladímir Chúrov, a ver al primer ministro, Vladímir Putin.
-Vladímir Vladímirovich, tengo dos noticias: una buena y otra mala.
-Oigamos la buena
.
-¡Usted ha ganado!
-¿Y la mala?
-No le ha votado nadie.”
Chúrov es la diana de la oposición en sus acusaciones de fraude
electoral durante las elecciones legislativas del 4 de diciembre de
2011.
Esperpento: la realidad se superó cuando un día el canal de
televisión Rossiya24 colocaba en pantalla los datos de participación en
las elecciones: En la provincia de Rostov, 146 %; en Vorónezh, 130 %.
Chiste macabro: “El presidente de la Comisión Electoral Central
ha sido víctima de un incendio. Vladímir Chúrov ha sufrido quemaduras en
el 146 % de su cuerpo”.
Tengo por seguro que el presidente del país, Dimitri Medvédev, sufría
de algún extraño virus invernal cuando intentó sumarse a la ironía
reinante diciendo que Chúrov era un “mago”. El comentario a lo mejor
podría entonces parecer jocoso, pero en lugar de frenar el anecdotario,
contribuyó a que la bilis fluyera con más retranca.
“En Chukotka, a un pueblo perdido en la tundra más profunda llega
un cargamento de raciones: latas de conservas, periódicos, un
televisor, una radio. El agraciado cuenta a otro pueblerino:
-Enciendo el televisor, sale Putin. Conecto la radio, allí está
Putin. Abro los periódicos, también Putin. ¡Me da miedo abrir las
conservas!” (La Vanguardia, 26/12/2011, Chistes que falta hacen, |
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