"Los envidiosos que aseguran que el Parlamento catalán no sirve de nada, se están quedando sin argumentos. Hace unos días salía a la luz que un montón de sus funcionarios cobran opípares emolumentos sin ir a trabajar
. Esto ya justificaría por sí solo la existencia del Parlamento pero, por si fuera poco, esta semana se ha sabido que la cámara catalana reparará la memoria de las mujeres que fueron acusadas de brujería, hará cuatro o cinco siglos, quizás alguno más, da igual, Cataluña necesitaba este debate y lo necesitaba ya.
Promueven el debate ERC, Junts, CUP y En Comú Podem, demostrando que, cuando se trata de problemas urgentes, nuestros políticos se ponen rápidamente de acuerdo, sin importar que sean de derechas o de izquierdas, lacistas o no.
- En Olot, una mujer fue acusada de brujería en 1615- revelará desde la tribuna un diputado, los ojos enrojecidos de tanto llorar recordando aquel hecho.
- Esto es culpa del patriarcado-bramará desde el escaño una señorita de la CUP.
- ¡Independencia! -gritará uno de Junts, como siempre sin saber qué se discute pero con la palabra adecuada a punto.
Y así irá transcurriendo la sesión. Las discusiones se prevén muy reñidas, entre los que consideran que no se deben asar mujeres por más brujas que sean, y los que sostienen que en invierno es una forma como otra cualquiera de calentar el ambiente. Es de esperar que al final se imponga la razón y, aunque sea ajustadamente, el aquelarre, digo la sesión plenaria, acabe con una resolución digna." (Albert Soler, Diari de Girona, 21/01/22)
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