"La súbita desaparición de nuestro rey emérito está suscitando unas curiosas reacciones entre los miembros más destacados del prusés. Carles Puigdemont --en
una muestra de cinismo que, incluso viniendo de él, resulta
sorprendente-- se muestra indignado ante el hecho de que el Borbón se
haya dado el piro de su país sin avisar a nadie y sin ponerse
previamente a disposición de las autoridades...
Cuando eso es exactamente lo que él hizo en octubre de 2017 tras extender una cita a sus secuaces a la que no se presentó. Y encima huyó de manera indigna, embutido en el maletero de un coche,
mientras que el emérito, por lo menos, se ha ido por su propio pie (o
su propio bastón), esfumándose cual alumno aventajado del inolvidable
Harry Houdini. Como se dice en estos casos, ¡habló de putas la Tacones!
Por su parte, los infelices a los que Puchi envió al talego
también se han mostrado muy indignados por la actitud de don Juan
Carlos, a quien le cederían gustosos esas celdas que no creen merecer
porque lo único que hicieron, según ellos, fue obedecer el mandato del
pueblo catalán. (...)" (Ramón de España, Crónica global, 06/08/20)
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