"(...) Mi reacción favorita, de todos modos, es la de Chis Torra, que ha organizado para mañana un pleno en el Parlament en el que piensa ciscarse en el discípulo de Houdini y en su primogénito, al que le va a pedir que abdique ipso facto.
Hasta ahora, Torra solo tenía una idea en la sesera: el referéndum de
independencia. Felicitémonos, pues, por el hecho de que ahora tenga dos:
el referéndum y la abdicación inmediata de Felipe VI. Lamentablemente
para él, ninguna de esas dos ideas tiene la más mínima posibilidad de
hacerse realidad, pero si al hombre le da por tirar un poco más de
dinero público --¿ya ha metido la mano en la pasta del Covid para alimentar a TV3 y salvar el Polònia?-- organizando
un cónclave que no va a servir absolutamente para nada, nada podemos
hacer para impedirlo los ciudadanos de a pie (los políticos que no
comulguen con sus pampringadas podrían quedarse en casa, eso sí, consejo
gratuito que doy a PP, PSC y Ciutadans).
El pleno de mañana plantea algunas cuestiones conflictivas. Para
empezar, ¿qué mas le da al presidente suplente de la república catalana
que no existe, idiota, lo que haga o deje de hacer el padre del rey del
país de al lado? Es más, ¿no estaremos ante una injerencia de la república catalana en los asuntos internos del Reino de España? A ver, Chis, ¿no habíamos quedado en que Cataluña no tenía rey?
Pues si no tenemos rey, ¿a qué viene tanta alharaca con la abdicación
del titular del país vecino y la fuga de su señor padre? Son cosas de
españoles, estimado vicario; usted, al Aplec del Cargol y a la Fira de la Ratafia, que es lo suyo.
Además, no sé si se acuerda, pero está usted inhabilitado y a más
tardar en septiembre u octubre lo van a enviar a casa (claro que se
acuerda: por eso se subió no hace mucho la pensión de expresidente de la Gene, de la misma manera que nada más acceder al cargo se subió el sueldo).
No se puede exigir la abdicación de un rey cuando uno no tiene
competencias en la materia (bueno, en su caso, en ninguna materia) y los
que realmente cortan el bacalao le consideran, con perdón, un pringao. Todo lo molesto y atorrante que usted quiera, pero pringao a la postre.
Yo también le considero un pringao, señor Torra, aunque le reconozco cierta habilidad para lucrarse con lo que usted cree que es la política.
Para lo que le queda en el convento, de acuerdo, cáguese dentro. Es
decir, celebre su grotesco aquelarre, exija la abdicación de Felipe VI,
la independencia del terruño y cualquier otra cosa que se le pase por la
galleta en esos momentos. Pero no pretenda, por favor, que nos tomemos
en serio el cónclave de mañana.
Como demuestra nuestra falta de reacción
ante sus autosubidas de sueldo, los catalanes, incluidos los no lazis, tenemos unas tragaderas enormes, pero la frikada de mañana solo la pueden encontrar normal usted, las raholas, los cotarelos y los salaimartines. A disfrutarla, pringaos." (Ramón de España, Crónica global, 06/08/20)
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