"Dani Mateo odia a España, señoría, yo intenté
detenerlo pero está loco”. Con estas palabras evitó ayer Oriol Junqueras
en el juicio al ‘procés’ asumir cualquier responsabilidad en la
convocatoria de un referéndum ilegal de independencia.
Junqueras se
presentó ante el Tribunal Supremo con el único salvoconducto del “hombre
bueno”, pacifista, estudioso, temeroso de Dios, incapaz de ejercer
cualquier tipo de violencia pero, eso sí, “incapaz también de resistirse
a la voz grave y autoritaria del cómico Dani Mateo, que nos empujó a
hacerlo”.
Tanto su abogado como el del exconsejero de Interior
de la Generalitat, Joaquim Forn, sorprendieron al acusar directamente al
humorista y asegurar que “lo de sonarse los mocos en la rojigualda fue
una mera anécdota al lado de todo lo que este señor estuvo tramando
secretamente, es un fanático”.
Las palabras de Junqueras sin duda van a alterar
drásticamente el curso de los acontecimientos y nadie en estos momentos
se atreve a aventurar cómo acabará el juicio. “Llevo guardándome todo
esto mucho tiempo pero no puedo más, yo en la cárcel mientras Dani hace
chistes en la tele… es muy duro y al mismo tiempo él es tan atractivo y
tiene tanto encanto que, lo admito, todos nosotros, todo el govern, nos
dejamos llevar entre atraídos y atemorizados”, declaró entre lágrimas el
exvicepresidente de la Generalitat. (...)" (Xavi Puig, El Mundo Today)
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