Según las primeras informaciones
llegadas a esta redacción, la consigna “Venga, coño, venga”, lanzada por
la alcaldesa Ana Botella a todos sus hombres de confianza el día
después de las elecciones del 24-M pudo ser interpretada por algunos de
ellos con demasiada vehemencia.
Al parecer, más de cuatro millones de
folios con los datos del padrón municipal, además del testamento íntegro
de Carlos III, fueron triturados en tan solo dieciocho minutos por un
concejal (...)
Se cree que un recalentón de
la propia máquina, que hizo saltar las trescientas cuchillas rozando
milagrosamente la yugular del concejal, pero decapitando a tres bedeles,
evitó que se triturase el legado de Cervantes en toda su extensión.
También en Valencia las máquinas
trituradoras acapararon el lunes la mayor demanda de electricidad de
toda la provincia, tanto es así que la mitad de los ascensores de la
ciudad estuvieron detenidos durante más de dos horas.
Greenpeace ya ha denunciado a España
ante la Unión Europea. “La Naturaleza no puede reabsorber de golpe toda
esa celulosa”, han asegurado. “Y menos si está llena de mierda”, añaden." (Rokambol news, 28/05/2015)
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