4/5/14

Cuando las mujeres olfateaban el sexo de los hombres

"Eran tiempos duros los de la Prehistoria, pero también de excitantes novedades. Muchas, a tenor de lo que relata el escritor y periodista Martí Gironell en su nueva novela El primer héroe (Ediciones B). 

Y es que a lo largo de las páginas, y de las peripecias del protagonista, el ingenioso Ynatsé, se descubre que nuestros antecesores del Neolítico conocían —además de la música, la pintura, la escultura, la escritura, el Más Allá y el amor— la anestesia, la construcción naval, el camuflaje, la equitación, la momificación, las bebidas energizantes, los cigarrillos, la penicilina, el sexo oral, una sustancia precursora de la Viagra y hasta el cepillo de dientes. Pues vaya con la Prehistoria.  (...)

Además del corajudo protagonista aparecen otros personajes que son típicos de la novela prehistórica desde J. H. Rosny (En busca del fuego) a Auel: el chamán adelantado a su tiempo, la mujer innovadora y rebelde que lucha por mejorar su condición, el jefe sujeto a las costumbres… (...)

Entre las cosas que sorprenden en la novela está que el chamán descubra la interpretación de los sueños con bastante adelanto a Freud o que el protagonista manifieste tendencias agnósticas.  (...)

Que el novelista reivindique la modernidad de los neolíticos no quiere decir que no haya en el relato actitudes que hoy parezcan superadas —como que las mujeres manifiesten su interés olfateando el sexo a los hombres— (...)

El sexo prehistórico presenta en la novela una gran variedad. Los personajes practican la felación, el cunnilingus, el sexo anal y la masturbación, y el protagonista se ejercita con un cuenco de arena en la retención de la eyaculación de una manera que sugiere una avanzadilla del sexo tántrico en el Neolítico.

 “El sexo humano se sofistica con la observación de la naturaleza”, coinciden ambos. Como en todo lo demás, como en la tecnología, se va aprendiendo. “Hay mucho empirismo”. Carbonell señala que “la felación es prehistórica”, mientras que Gironell pregunta maliciosamente si las dudas sobre el rico repertorio sexual prehistórico no obedecerán a prejuicios: “Siempre creemos que somos mejores”.             (El País, 28/04/2014)

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