"Solo diez minutos después de decir ante
los medios de comunicación que “España ya está casi arreglada y que lo
único que falta es que todos los españoles tengan trabajo”, la
secretaria general del Partido Popular volvió a meterse dieciocho
mililitros de ácido cínico delante de todos los periodistas y declaró
que Rajoy era un hombre extraordinario y que el PP ama a los jueces que
persiguen la corrupción, independientemente de quien sea el corrupto
descubierto.
Acto seguido, se desplomó como un pelele sobre un charco de
finiquitos y permaneció sin hacer el ridículo durante más de veinte
minutos.
El pulso de Dolores de Cospedal se ralentizó durante esos
momentos hasta equipararse al mismo ritmo cardiaco que registra Rouco
Varela mientras duerme la siesta después de haberse zampado media
botella de Burdeos y un arroz meloso con bogavante. Al parecer, la
tremenda bajada de tensión provocó que todo el cinismo producido por el
chute no pudiera ser expulsado hacia los periodistas y colapsó el
páncreas de la secretaria general.
El ácido cínico, seriamente cuestionado
por los médicos por sus imprevisibles consecuencias, es utilizado
habitualmente por los miembros del Gobierno para comparecer ante la
prensa. Se lo administran por vía venosa, y sus efectos, aún siendo
absolutamente burdos, también son instantáneos y fascinan a una gran
parte de los ciudadanos.
Cospedal también estuvo a punto de
sufrir las consecuencias de otra sobredosis justo cuando el PP acababa
de ganar las últimas elecciones y declaró públicamente que su partido
era “el partido de los trabajadores”. En aquella ocasión los escoltas
pudieron llevársela de la sala de prensa antes de que se desvaneciera.
Bruselas quiere que la utilización del ácido cínico esté regulada antes de 2027." (Rokambol news, 04/07/2013)
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