"A partir de ahora, los comandantes de
aeronaves que no consigan extraer el tren de aterrizaje durante su
aproximación a la pista no podrán abortar la maniobra en ningún caso. La
toma de tierra se llevará a cabo contando con la pericia del piloto y
respetando en todo momento la ley de la gravedad y los inalienables
derechos a aterrizar que tienen todos y cada uno de los aviones,
independientemente de la compañía a la que pertenezcan .
“Si cada vez que un comandante tiene
problemas con el tren de aterrizaje tuviera que abortar la maniobra nos
quedaríamos sin turistas”, ha dicho Gallardón.
La pérdida de un ala durante las
maniobras de aproximación al aeropuerto, la desintegración total de la
cabina de mando por un rayo de setecientos cincuenta mil kilowatios o el
infarto simultáneo del 95 % de la tripulación, incluidas las azafatas,
son otros de los supuestos que con la nueva ley de Gallardón ya no se
considerarán causas suficientes para abortar un aterrizaje.
“Únicamente cuando el aparato se
encuentre envuelto en una bola de fuego pavorosa, el comandante de la
nave podrá solicitar una licencia especial al Arzobispado a fin de
interrumpir la maniobra de toma de tierra”, puntualizan desde el
ministerio de Justicia,
Gallardón presentará la semana próxima
ante el Consejo de Ministros una nueva batería de supuestos que también
perderían su derecho a abortar, entre los que se encuentran la entrada
en barrena de un columpio infantil, la cita a ciegas de un caballero con
una señorita cuya edad resulte siete veces superior a la anunciada en
Internet, o la cita a ciegas de una señorita con un hombre que luego
resulte ser un diputado." (Rokambol News, 28/07/2012)
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