"Sin embargo, fue el sherpa Nawang Gombu, fallecido hace una semana a la edad de 79 años, quien estrenó una costumbre que, en principio, solo fue una anécdota: escaló el Everest en 1963 y reeditó el éxito en 1965.
En las siguientes dos décadas nadie superaría esos guarismos en el techo del mundo, si bien actualmente otro sherpa, de nombre Apa, muestra la friolera de 20 ascensiones a la cima más codiciada del planeta.
Gombu formó parte activa de la gloriosa expedición en la que Hillary y el sherpa Tenzing Norgay conquistaron mano a mano la cima del Everest. Gombu, por aquel entonces un aprendiz de 16 años y sobrino de Norgay, fue declarado demasiado joven para formar parte del reto mayor de alcanzar la cumbre, pero se convirtió en el trabajador de menor edad en alcanzar el collado sur, a casi 8.000 metros de altitud. Allí dejó sus pesadas cargas, lanzó una mirada hacia arriba, giró sobre sus talones y emprendió el descenso. (...)
En 1963 se plantó en la cima del Everest junto a Jim Whittaker, quien firmó la primera ascensión estadounidense, y dos años después hizo lo propio con una expedición india (...)
Hoy, los sherpas más solicitados han escalado diferentes ochomiles en muchas ocasiones. Cuantas más ascensiones demuestren, mayor es su pedigrí y mejores contratos de trabajo merecen. A esa conclusión llegó rápidamente Gombu: él puso la semilla del coleccionismo en el Everest que tan buenos réditos han dado a su gente." (El País, 02/05/2011, p. 57)
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