10/2/10

El osito con cáncer... del pensamiento positivo... al humor negro...

"¿Por qué tanta gente es partidaria de lo que Ud. denomina “el culto al pensamiento positivo”?

En Estados Unidos, y hasta cierto punto en el Reino Unido, una “actitud positiva” es obligatoria en el puesto de trabajo. Pueden despedirte simplemente por tener una, digamos, “mala actitud”. Lo que supone un nuevo nivel de intimidación psicológica por parte del empleador. Así, para mucha gente es como decir, “bien ¿como voy a salir adelante en la vida? Tengo que aprender a ser más positivo.” En segundo lugar está la idea, que es más una zanahoria que un palo, de que tú puedes controlar el mundo con tus pensamientos. Es una especie de mito de un poder personal infinito. (...)

En su nuevo libro Ud. habla de Wall Street. Los banqueros ¿piensan realmente en positivo? (...)

El significado del “management” cambió de manera decisiva en los años noventa – de la noción de que realmente conoces el negocio se pasó a la de que eres un líder porque desprendes una especie de confianza que inspira a los demás. Lo que significa que el pensamiento positivo es un culto. Pregunté a un tipo muy brillante de Wall Street “¿Piensan realmente esta gente que con estas ideas pueden atraer a alguien?” “Absolutamente”, respondió. Si ganas $500m, realmente de alguna forma puedes.

Cuando empezó a escribir sobre ello ¿se sorprendió de lo lejos que puede llevar esta tendencia?

¡Si! Primero pensé que era algo peculiar al cáncer de mama – la cultura del lazo rosado, las exhortaciones a ser siempre positivo. Pero algunos años después empecé a encontrar gente a quienes se les había dicho, cuando eran despedidos, que no se trataba de mala suerte, que en realidad era una oportunidad maravillosa y que cualquier cosa que les pasaba era debido a su propia actitud. Y entonces esto conectaba – esta es la línea que proponen a las víctimas de cáncer. (...)

Ud. habla de cómo la “cultura del lazo rosa” infantiliza a las mujeres con cáncer de mama.

Bien, la primera cosa que me hizo pensar que había algo realmente espantoso respecto al cáncer de mama, más allá del pensamiento de morir, fue el hecho de encontrarme en el periódico con un anuncio de osos de peluche rosas con cáncer de mama. No es que morir me dé mucho miedo, pero me horroriza morir con un oso de peluche rosa metido bajo mi brazo. Antes que eso, dispárenme, por favor. (...)

¿Cómo puede entenderse la relativa condescendencia de norteamericanos, o británicos, para el caso, respecto a las numerosas ofensas y perjuicios de la pasada década? Nuestra clase media ha menguado, las desigualdades han crecido drásticamente en ambas sociedades y, a pesar de todo, no pasa nada. Hay varias explicaciones.

Una de ellas es esta ideología de la auto-inculpación. Hagamos posible que la gente mire, que vea algunas cosas sistémicas que están conformando sus vidas y que asuma la idea realmente positiva - si puedo apropiarme el término – de que podemos realizar cambios sociales que cambiarían las probabilidades en un sentido mucho más favorable para la gente." (Sin Permiso, 08/02/2010. Sonríe o muere. Entrevista a Barbara Ehrenreich)

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