“De acuerdo, de acuerdo, es verdad: cualquier persona con sentido de la decencia, cualquier persona con un mínimo sentido siquiera de la estética… siente instintiva repugnancia por esas multas lingüísticas con que la Generalitat de Cataluña sanciona a los desdichados comerciantes que no sólo han de pechar con la recesión sino también con el ‘Govern d’esquerres’ al que financian con sus impuestos. Y también es verdad que los anónimos chivatos que cursan las denuncias inspiran tanto o más desprecio aún que el Govern. De acuerdo, pero Ignacio, meterse con el Govern es injusto: si ha instituido esas multas ha sido como mal menor para no tener que recurrir a algo más drástico, como por ejemplo una ‘nit dels vidres trencats’, una ‘Kristallnacht’ que todos lamentaríamos.

Y, por otra parte, llamar al señor Espot, como está haciendo todo el mundo, chivato, delator o chota –que es como llaman en Vía Layetana a los confidentes–, me parece un abuso y una falta de respeto. Yo, a contracorriente del sentido común y tapándome las narices, rompo una lanza en favor de ese notorio y contumaz Espot. Pues una persona que, como él, sólo en un año gestiona y cursa nada menos que tres mil chivatazos, mientras dirige una entidad identitaria, y escribe un manual, y organiza la pitada al rey en el estadio de Mestalla, y comparece periódicamente en la tele… ese activísimo trabajador, ese emprendedor incansable que enreda sin parar, hiperactivo como el demonio de Tasmania de los dibujos animados, merece un respeto, si no la cruz de Sant Jordi y una buena subvención.”

Esto me decía ayer un amigo. Y yo, comprendiendo que tenía razón, telefoneé al chota para manifestarle mi apoyo. Le dije: “¡Extrema el celo, Espot! ¡Extrema el celo en el control y espionaje de los comercios! ¡Ciertos tenderos no sólo no escriben en vernáculo, sino que ni siquiera nacieron aquí! Los chinos, por ejemplo. Son pérfidos y hábiles. Rotulan sus comercios en catalán para ahorrarse la sanción, pero también con caracteres chinos. En catalán dice, por ejemplo, “Textil La Moreneta”, pero ¿quién sabe lo que dice en chino? ¡Esa gente es capaz de todo, viene de una cultura milenaria! ¿Qué sé yo si el rótulo en chino no dice “Viva España”? ¿Qué sé yo cómo se dice en chino “Viva España’?… ¿Y en ‘paqui’?… ¿Y en árabe?…”

El chota me respondió, muy preocupado: “Sí, lo mismo nos están engañando como chinos”. Y yo agregué: “Alerta, Espot, alerta, y recluta más chivatos, miles de chivatos como tú, porque -como decía Reinhard Heydrich, el protector de Bohemia y Moravia- lo fundamental no es la norma legal sino los ojos vigilantes de la población”. (lavozdebarcelona.com, 11/02/2010)