25/5/09

La caca

"Era la hora de la siesta y me encontraba tumbado en el sofá, aturdiéndome con un programa cualquiera de la tele, cuando sufrí un arrebato místico en cuyo transcurso los dioses (porque eran varios) me revelaron que el sentido de la vida del hombre era la producción de caca. La sorpresa, como comprenderán, fue superlativa, de modo que volví a preguntar y recibí idéntica respuesta. Por lo visto, hemos sido creados, al igual que el resto de los animales, para producir aquello que tomamos equivocadamente por un residuo. El residuo somos nosotros. La caca es la estrella, por eso hay tantas clases de heces, cada una con su textura moral y su tamaño físico, desde la de la mosca a la de Federico Trillo. Los dioses no nos quieren por nuestra alma, sino por nuestros excrementos, que dan lustre al mundo vegetal. El mundo vegetal, a la chita callando, resulta que es el rey de la creación, de ahí que los perros levanten la pata cuando pasan junto a un árbol: es su modo de orar, porque los perros saben a qué han venido a este mundo y quién es quién." (JUAN JOSÉ MILLÁS: La caca. El País, ed. Galicia, Última, 22/05/2009)

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