"Le Pen nuestra de cada día.
En Francia, los medios de comunicación y el resto de políticos le hacen gratuitamente la campaña a Marine Le Pen. Cuesta entender que sean tan ineptos de ignorar que toda la retahíla de denuncias, cordones sanitarios y llamamientos al miedo, que viene el hombre del saco, no hacen más que fortalecer a Le Pen.
Ocurre lo mismo con Vox, que sólo debe limitarse a esperar los nuevos movimientos o declaraciones en su contra, para continuar llenando la saca de votos. Como es imposible que todos, allá y aquí, sean tan imbéciles, debe ser que trabajen a favor de Le Pen y de Vox, respectivamente.
A un viejo y feroz general inglés, le preguntaron cuál sería su reacción si un partido político pretendiera acabar no sólo con la monarquía, sino con la sociedad tal y como la conocía, con todos los valores que él había defendido incluso con la su sangre. El militar respondió: «no les votaría».
Hasta donde yo sé, ésta sigue siendo la mejor solución contra opciones políticas que no nos interesan. Si poco me importa quien gobierne aquí, lo que pase en Francia me la lleva floja. Sin embargo, percibo animosidad diaria contra Le Pen incluso en el sur de los Pirineos.
Después de escuchar hasta el aburrimiento lo bonito sería un mundo gobernado por mujeres, ellas sí que son dulces y comprensivas, amén de incapaces de cometer ningún daño, resulta que no. Que esto vale sólo para las mujeres que no sean Le Pen o Ayuso o, retroactivamente, Tatcher o Golda Meir.
Que resulta que hay mujeres, válame Dios, que pueden ser tan perniciosas como los hombres. A ver si al final resultará que hombres y mujeres somos iguales y que el sexo no influye en la capacidad política. De algo habrá servido Le Pen nuestra de todos los días.
Como en el viejo general, no me da miedo un gobierno de Vox o de Le Pen, al menos no más de la que me hacen otras, que ya es sabido que es mucho más peligroso un idiota que un malvado, y aquí d idiotas en el poder hace tiempo que vamos sobrados. Y de momento, sobrevivimos.
Pero, sobre todo, uno es catalán, así que ya está acostumbrado a partidos políticos que se saltan la ley, insultan y amenazan a quienes disienten o pretenden cambiar las normas de convivencia a su antojo. Como para tener miedo de aprendices como Vox o Le Pen, en estos momentos." (Albert Soler, Diari de Girona, 19/04/22)
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