"(...) Esta nueva medida, de aplicación inmediata, ha provocado la
indignación de numerosos clientes de la compañía, desconcertados ante un
horizonte de promesas rotas:
“Decidí volar creyendo que más alla del
mar habría un lugar donde el sol cada mañana brillaría más, y ahora me
encuentro con esto”, protestaba una cliente en el aeropuerto de El Prat,
en Barcelona.
“Llegué a la puerta de embarque con mi maleta cargada de sueños, un
beso y una flor y me han mandado de vuelta con una caricia y un adiós”,
se quejaba otro, exhausto tras horas haciendo cola frente a la
ventanilla de la línea aérea. “Me voy pero te juro que mañana volveré”,
ha prometido.
De momento, Ryanair insiste en que las penas pesan en el corazón y,
por tanto, se niega a escuchar los ruegos de los afectados, que
argumentan que el que llevan es ligero equipaje para tan largo viaje.
Ante la falta de opciones, algunos optan directamente por las
amenazas legales: “Creo que denunciaré al arquitecto de mis sueños por
el derrumbe parcial de la bóveda de mi firmamento”, apuntaba uno de los
viajeros. “Además, me han perdido la ilusión y a saber dónde andará. La
busco por todas partes y no la puedo encontrar”, añadía." ( Xavi Puig , El Mundo Today, el 14 de octubre, 2013)
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