"Nada más comenzar ayer el juicio contra
el dirigente del Partido Popular, Carlos Fabra, imputado por cohecho,
tráfico de influencias y fraude fiscal, los tres magistrados de la sala,
al unísono, ordenaron interrumpir la vista y concedieron un receso de
cuatro años para que los letrados de la acusación, la defensa, el
acusado y el público pudieran salir a almorzar.
El descanso, especialmente llamativo por
su prolongada duración, provocó las protestas de los fiscales, que en
ningún momento se habían planteado pasarse cuatro años almorzando, “y
menos en mitad de un juicio”, según sus propias palabras. “Ni tenemos
ropa limpia para cambiarnos ni tenemos ganas de estar tanto tiempo
comiendo bocadillos de calamares”, señalaron. Algunos testigos afirman
que justo en frente de los juzgados hay una freiduría estupenda.
Los médicos creen que un almuerzo de
cuatro años es absolutamente desaconsejable, no solo por las
consecuencias de permanecer sentado tantos días y el exceso de café sino
por la salud mental de los letrados. “Después de media hora ya no sabes
de que hablar”, advierten los psicólogos.
Al parecer, la excesiva prolongación del
almuerzo podría ser parte de la sutil estrategia que el abogado de
Fabra está llevando a cabo con su cliente, y que consistiría en burlarse
de los ciudadanos hasta que el afortunado político sea introducido en
una caja de madera. El modo en que el hábil letrado ha conseguido
demorar diez años la acción de la justicia y está a punto de sumar otros
cuatro más, no es fácil de entender por los profanos del Derecho pero
se cree que es algo que tiene que ver con el hipotálamo y la falta de
vergüenza." (Rokambol news, 03/10/2013)
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