Sonia C. afirmó que no pretendía matar a su ex.
miguel villar
"Había tenido una discusión con su ex porque este le
había cortado el pelo al hijo que tenían en común sin habérselo
consultado. Le dijo al padre que se iba arrepentir y a «llevarse la peor
parte».
La mujer, Sonia C., contactó entonces (11 de julio del 2009) a
través de su cuenta de correo con una dirección electrónica para pedir,
según la fiscala, presupuesto para «eliminar en España» a su ex. La
respuesta de uno de ellos fue que no operaba en territorio español y la
remitió a otra dirección de correo electrónico.
Los mensajes estaban a la vista por la
configuración de su ordenador y su novio de entonces, que desconfiaba de
que ella le engañase con otro, los vio. «Me chocó. Ella buscaba de todo
en Internet, solarios de pie y todo tipo de productos, pero eso me
chocó y me asusté», declaró ayer ante el tribunal.
Se lo contó a su
padre, guardia civil, y denunció a su pareja, que fue detenida ante su
trabajo en un supermercado de Barbadás el 14 de julio. Llevaba consigo
787 euros, que para la fiscala era el dinero -700 euros- que uno de los
supuestos sicarios había pedido como adelanto del total de tres mil en
que habían cifrado el encargo.
Ayer, la mujer fue juzgada en la Audiencia
Provincial de Ourense por un presunto delito de proposición de
asesinato, por el que la Fiscalía le pide seis años de prisión. La
acusada reconoció que estableció esos contactos, pero negó que tuviera
intención de matar a su ex. Alegó que solía llevar bastante dinero
encima para realizar pagos en un local que regentaba.
Explicó además que
aquel dinero era para pagar un préstamo que les había hecho su suegro y
para reponer en el bote de casa lo que ella y su novio habían pagado a
una abogada. Su pareja de entonces, a pesar de ser el denunciante,
corroboró este punto ayer en el juicio oral.
A preguntas de la
presidenta de la sala, Miguel C., el denunciante, apuntó que las
relaciones de la acusada con su expareja «no eran tan conflictivas, no
creo que fuera para llegar a tanto ni que quisiera matarlo porque sabe
de la importancia de la figura del padre. Sería una calentura».
La presunta víctima reconoció que había tenido
«varios incidentes» con su ex por problemas con las visitas al hijo. Una
vez le mandó, declaró, un mensaje amenazante. Cuando la Guardia Civil
le advirtió del contenido de los correos dice que cogió «algo de miedo».
En uno de ellos, el último, la mujer había apuntado datos para que el
presunto mercenario identificase a su objetivo: dónde trabajaba, sus
turnos de trabajo o qué coche tenía, además de escanear una foto de él." (La voz de Galicia, 28/06/2013)
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