"Hasta esta mañana, el lugar elegido para celebrar la cena de Navidad
del INEM era el restaurante chino Hai Cheng de Barcelona, donde le
habían asegurado a Fátima Báñez, ministra de Empleo, que disponían de
mesa para cinco millones de personas en caso de que los datos del paro
aumentaran en el último momento y fuera necesario hacer sitio a más
comensales.
Sin embargo, en el último momento se ha buscado otro
restaurante, ya que Gloria Langredo, una parada de Alicante, ha afirmado
que no le hace “mucha gracia” cenar en un chino.
Finalmente, el local elegido ha sido el bar “Casa Paco” de Barcelona, que organiza cenas de grupos.
“Pondrán varias ensaladas, unos platos así para picar entre todos y
luego hay varios segundos para escoger: sepia a la plancha o
flamenquines”, ha explicado esta mañana la ministra de Empleo en el
Parlamento. La organización de la cena se ha llevado a cabo mediante un
multitudinario grupo de Whatsapp.
“Ha sido algo caótico”, ha reconocido
la ministra, “pero es mejor que todo el mundo pueda opinar porque el año
pasado la gente se quejó porque el sitio era caro y este es un gobierno
que escucha a todo el mundo, especialmente a los parados”.
A la cena de Navidad del paro acude tradicionalmente todo el equipo
del Ministerio de Empleo “para hacer equipo con la gente y romper
barreras”, lo que no tiene muy buena acogida entre los asistentes, que
creen que la presencia “de los jefes” puede coartar el comportamiento
informal de la cena.
“Lo digo cada año: tenemos que organizar la cena
nosotros y que los jefes hagan otra si quieren, porque cortan el rollo a
la gente mogollón y la cena no es para eso”, se lamenta un parado de
larga duración de Girona.
Este parado catalán se queja además de que durante la cena “todo el
mundo es muy amigo, te emborrachas ahí con la ministra, rompes la
formalidad y al día siguiente todo vuelve a la normalidad y los
ministros no se acuerdan ni de tu nombre”.
“Se juntan varias mesas y ya está. El bar es pequeño pero hemos
celebrado hasta comuniones. La de mi hija la pequeña mismamente”,
explica Germán, el único camarero del Casa Paco, que dice no estar en
absoluto preocupado por tener que dar cabida a casi cinco millones de
personas.
“Al fondo hay sitio”, asegura, aunque confía en que no aumente
la cifra del paro para el día de la cena “porque entonces sí que no
cabremos”. (Paridas club, 11/12/2012)
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