21/5/11

Los brazaletes blancos adornaban a las prostitutas reservadas para los directivos que participaron en el viaje

La aseguradora alemana Ergo -filial del grupo Munich Re, la mayor reaseguradora del mundo- recompensó a sus 100 mejores representantes de seguros con una fiesta en Budapest para la que contrataron a decenas de prostitutas. (...)

Hamburg-Mannheimer alquiló las viejas termas de Gellert, en la capital de Hungría, para agasajar a los más eficientes de su plantilla.

Las convirtieron en un enorme prostíbulo con camas de dosel y decenas de chicas a las que diferenciaron con brazaletes de colores: los rojos y los amarillos distinguían a las prostitutas de las camareras o azafatas.

Los brazaletes blancos adornaban a las mujeres reservadas para los directivos que participaron en el viaje y para el puñado de representantes con mejor hoja de servicios. Los llamaban el Top 5.

Según un testimonio recogido por el diario económico Handelsblatt, "cualquiera podía llevarse a una mujer a las camas con dosel y hacer con ellas lo que fuera". Al término, un sello de tinta en el brazo de la prostituta marcaba cuántas prestaciones se le debían abonar al final de la jornada. Algunas reunieron una docena. (...)

Los empleados tenían que dejar sus cámaras y sus móviles en la puerta, pero uno de ellos contó la historia veladamente en una revista interna de HMI llamada Profil. Se deshacía en elogios: "Hay cosas que son tan asombrosas, tan fantásticas e indescriptibles que casi no deberían ser ciertas; es increíble lo que uno puede experimentar en HMI". Se desconoce qué opinaron las prostitutas." (El País, 20/05/2011, p. 44)

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