"La gente está tan desencantada con la realidad que se lanza a los brazos del surrealismo", opina el publicista Juan Soto. No es filosofía de barra de bar. Soto sabe de lo que habla: ha creado más de 200 grupos de Facebook, de los que casi la mitad están dedicados a los usos y costumbres de las señoras españolas.
Con el que más éxito consiguió, sin embargo, estaba coprotagonizado por un señor italiano: Silvio Berlusconi. "Nada más ver en la tele que le habían agredido con una reproducción del Duomo de Milán, me metí en Facebook para poner en marcha Señoras que atizan a Berlusconi y ya había por lo menos otros cinco grupos parecidos", explica. En solo 24 horas, consiguió 20.000 seguidores. Después, el portal le pidió que retirase su página. (...)
En opinión de José Errasti, profesor de Psicología de la Universidad de Oviedo, no todos los que lean estas líneas comulgarán o captarán esta modalidad de risa: "Me da la impresión de que este tipo de humor o sarcasmo se ha convertido en una seña generacional, en un código interno de reconocimiento entre iguales que comparten un grupo de edad y una saturación de experiencias y lenguajes audiovisuales", señala.
"Esto les lleva a tomar como bandera una defensa de lo cutre no tanto por incapacidad para manejarse en universos audiovisuales más complejos como por agotamiento y hastío de dicha complejidad. Los famosos grupos de Facebook, Lady Gaga, Cuore... Son ejemplos que tienen mucho de guiños cómplices entre sus usuarios y resultan incomprensibles y alejados para las personas que no forman parte del grupo de "iniciados". (...)
El escritor y periodista Vicente Verdú señala la relevancia de este tipo de humor "adolescente" como forma de comunicación: "La comunicación a través del humor se ha vuelto la comunicación social por excelencia. Lo serio es insoportablemente anacrónico. Las formas toscas, bastas o grotescas de este humor -entre grosero y de patichadas- se corresponderían con la clase de gracia (parecida a las payasadas) que hace reír a una audiencia infantilizada, poco educada, maleducada y simplista.
Se podría decir público 'infantilizado' pero, tal como están las cosas, acaso sería más preciso hablar de 'sociedad adolescentizada' que viene a ser el modelo de más auge y de mayor dominio en nuestros días. Fin del modelo 'juventud', actualidad del modelo 'adolescente'. Además, se trataría de una liberación explosiva que se relaciona bien con el mundo compulsivo y desestructurado (en el sexo, la religión, la cultura, la familia, los valores) que caracteriza al tiempo posmoderno. Un tiempo de crisis, en sí mismo descompuesto". (...)
"Creo que el tipo de humor que utilizamos en Cuore es la evolución del humor de este siglo. La gente espera algo sorprendente, radical y con un puntito inteligente, que sorprende y arranca una sonrisa y les hace justificar su consumo...". "Todavía recuerdo una página en la que dos cubatas mantenían una conversación desternillante: 'Pues a mí me ha morreado [el actor] Hugh Jackman', decía uno de ellos". "No sé de dónde viene este tipo de humor ni adónde va", continúa García. "Pero está aquí, gusta y creo que mezcla bien con algo tan superfluo como las noticias del corazón".
Sin embargo, para el psicoterapeuta Luis Muiño esta avalancha de humor surrealista y naíf es la respuesta a algo bastante más serio: al síntoma de "la cultura del miedo" que, desde hace ya unos años y según él, se ha instalado en Occidente. Según Muiño, se trataría de un mecanismo de defensa social contra esta cultura. "Es difícil tenerle miedo a algo de lo que te puedes reír", apunta. Además, insiste, la carcajada es especialmente útil en tiempos de crisis: afloja tensiones y nos hace salir del círculo de pensamientos negativos en el que quizá nos encontremos. (...)
Burlarse de aquello que nos preocupa u oprime le quita hierro, lo pone en perspectiva. Pero también trae de nuevo el problema a nuestra mente. Un chiste sobre una hipoteca te puede arrancar una carcajada, pero cuando las comisuras de los labios vuelven a su sitio, la presión del siguiente pago reemplaza a la broma en nuestros pensamientos. Por eso, según Muiño, de todas las clases de humor que existen, el que triunfa ahora es el "más espontáneo y frívolo y menos elaborado intelectualmente".
"La gente busca la diversión por la diversión, el hablar por hablar, sin tocar los grandes temas porque casi todos ellos están teñidos de miedo", añade Muiño. El psicoterapeuta compara este mecanismo social con la situación que se produce minutos antes de un examen. La tensión y los nervios están a flor de piel. De repente, alguien dice una tontería y se desencadena un ataque de risa. "Esta reacción, a nivel mental, es muy buena porque libera y rebaja la presión", continúa Muiño. "Pero para que funcione tiene que ser algo espontáneo, rápido y tontorrón". (...)
"Antes las empresas buscaban atraer a la gente con campañas basadas en causas sociales o verdes, que no tocaban ideologías. Pero han dejado de hacerlo", explica el publicista Juan Soto. "Ahora van a por la chorrada porque saben que funciona. Y funciona muchísimo mejor". (...)El psicoterapeuta insiste en que, en tiempo de crisis, las culturas del sur de Europa buscan evadirse a través de lo fácil e intrascendente, de lo frívolo, del hablar por hablar. "Es una forma de responsabilizarnos. Es la parte más sana de cultura dionisíaca. En momentos como este", concluye, "es mejor ser español que alemán". (El País, ed. Galicia, 16/06/2010, p. 30/1)
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