20/1/09
La masturbación navideña carcelaria... ¿la solución?
"Cárcel de Picassent. Salón de actos del área de Cumplimiento. 12.00 del 2 de enero de 2009. Espectáculo porno en vivo. Daniela, 36 años, stripper, alimentó la fantasía de la enfermera, bailó, se quitó toda la ropa, se untó con leche condensada, se tocó, subió a un par de reclusos al escenario, encendió las pasiones de más de 200 presos de los módulos 8 y 10; y asegura que lo más que le dijeron fue "¡Guapa!". Según ella, fue muy bien tratada: "Nadie me faltó el respeto. Fue un espectáculo erótico, que no porno, que repetiría encantada". (...)
"No nos parece un espectáculo adecuado para un público recluso". (...)
la dirección y de la Junta de Tratamiento, "era contar con el máximo de actividades para la época navideña". Son días complicados para la población reclusa, entre otras cosas, porque los talleres se suspenden. Todo el mundo aporta ideas para entretener a los presos. Y en esta ocasión, hubo coral, circo, magia, teatro, rondalla y presuntamente iba a haber un espectáculo de variedades, un montaje algo picante. Cánovas creyó que lo más atrevido sería un top less y un tanga. Se incorporó en el último momento a la agenda. En la copia que recibe Instituciones Penitenciarias sobre las actividades no figuraba el desnudo integral. (...)
El día 2 de enero, a las doce de la mañana, estaba prevista una actuación musical de cuatro solistas y el número de Daniela. El aforo, algo más de 230 presos, todos ellos, según Instituciones Penitenciarias, incluidos en la tipificación de buen comportamiento, aunque de amplia variedad delictiva. Los sindicatos dicen que había agresores sexuales y maltratadores. Instituciones Penitenciarias no lo precisa. Daniela salió la última, en una atrevida evocación al uniforme de enfermera. "Es una actuación que he hecho muchas veces, en la que yo no toqué a los presos, provoqué, me toqué, pero no toqué a los presos y ellos no me tocaron a mí". (...)
María José Marín, de CC OO, entiende que "no sólo no es un espectáculo de contenido inadecuado sino que puso en riesgo a los funcionarios, con independencia de su sensación ética o moral. Nadie sabía que eso iba a ocurrir, no se sabía cómo iban a reaccionar, podía haberse generado un conflicto". Acaip, según explica su representante en Valencia, Alberto Téllez, va más allá y afirma que en el salón de actos había funcionarias, mujeres, que se sintieron indignadas por el espectáculo, que Daniela sí toco los genitales a algunos presos, que hubo reclusos que se frotaron con ella y que a uno le introdujo un vibrador en la boca." (El País, ed. Galicia, Sociedad, 18/01/2009, p. 40)
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