"Llevo dos días fascinado con la historia del suizo de 66 años que fue detenido por circular por la AP7 en dirección contraria, llevando en el asiento de al lado a su difunto marido, de 88, convenientemente atado y cubierto por una manta y fallecido tres semanas antes, por lo menos.
Esto no puede quedar así. Exijo una explicación, una investigación periodística, una entrevista con el conductor suicida (y, a ser posible, otra con el muerto), una reconstrucción de los hechos que le llevaron a acometer semejante excentricidad.
Ya sé que le prometió a su marido, hallándose éste en el lecho de muerte, que harían un último viaje juntos, y que habían pasado por Francia, Italia y Madrid antes de que le dieran el alto, pero no me basta: quiero saberlo todo sobre este sujeto y no me voy a conformar con que me digan que está mal de la cabeza.
Y si Emmanuel Carrère no le dedica un libro, me quedaré francamente decepcionado. De momento, las explicaciones son pocas y confusas. Wait and see, que dicen los anglosajones. (...)" (Ramón de España, Crónica Global, 10/04/21)
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