"De primeras se quedaron mudas. Fue su reacción tras recibir unos regalos inesperados por su esfuerzo deportivo. Las deportistas ganadoras del campeonato de Asturias de squash
fueron obsequiadas con dos cajas de cera depilatoria, una lima
eléctrica para eliminar las durezas de los pies y un vibrador, junto con
los trofeos. Para los hombres clasificados no hubo ningún estuche de
belleza.
El asunto está ya en manos del Instituto Asturiano de la Mujer y
ha provocado tres dimisiones en el club organizador, que se plantea su
disolución tras la polémica, y en la federación autonómica de squash.
“Sentí sorpresa e indignación”, cuenta al teléfono Elisabet Sadó, una
de las premiadas de la gala celebrada el sábado 11 de mayo en Las
Vegas, en el concejo asturiano de Corvera. A sus 37 años, tras más de 15
de competición profesional, Sadó ha sido número uno del mundo y siete
veces campeona de España de una disciplina que cuenta con pocas personas
federadas —1.550 hombres en toda España frente a solo 255 mujeres,
según el último anuario estadístico de deportes que edita el Gobierno,
con datos de 2017—.
La falta de vocaciones femeninas es una de las
razones de que la excampeona mundial siga participando en torneos como
el de Las Vegas: quiere promocionarlo entre las niñas.
A estas deportistas les ha tocado vivir otras discriminaciones en el
deporte —sueldos más bajos que sus compañeros varones que les impidieron
dedicarse de lleno al squash, menos promoción que ellos, peores
instalaciones...— pero nunca habían recibido un regalo como ese por sus
logros en la pista. Sadó alerta de que estos comportamientos son “la
base de todo ese machismo estructural que, en los casos más graves,
acaba con mujeres asesinadas”.
Ella sabe de lo que habla. El sábado del
torneo no tuvo tiempo ni siquiera de quejarse porque debía correr para
llegar a su trabajo, precisamente atendiendo a mujeres víctimas de
violencia de género.
Las cuatro premiadas presentaron una reclamación dos días después ante la Federación de Squash del Principado de Asturias.
Expresaron su disgusto “por unos obsequios sexistas y fuera de lugar”.
“Nunca en la historia nos había ocurrido nada parecido”, explica Maribel
Toyos, vocal de la junta gestora de la Federación, que remitió el
asunto al Instituto Asturiano de la Mujer. (...)
El torneo fue organizado por el Club Squash Oviedo, que admite en un
comunicado que los obsequios “fueron inapropiados y nunca debieron ser
entregados”. Piden disculpas a las jugadoras, “al squash femenino
nacional y al resto de deportistas” y tachan lo ocurrido de
“inaceptable”. Dos directivos del club y uno de la federación han
presentado su dimisión. Los responsables del club, que se plantea
incluso la disolución, aseguran que a veces les ceden regalos para las
galas y que, en este caso, “no comprobaron la idoneidad” de los
obsequios.
A la excampeona Sadó le basta con que se tome nota: “Me gustaría que
esto sirviera para que no pase nunca más y para que se tenga en cuenta
que el deporte no es, ni de lejos, tan igualitario como la gente cree”. (Pilar Álvarez, El País, 21/05/19)
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