"(...)Hoy existe, como dice alguien en
la película, un coro mundial de falsos orgasmos. ¿Qué pasaría si todas
las mujeres decidieran acabar con ese coro?
Si las mujeres dejaran de fingir orgasmos, las cosas
cambiarían y la sexualidad entre hombres y mujeres sería mucho mejor.
Se darían cuenta de que ellos también tienen que dar placer, ser
gentiles… Pero hay muchas mujeres que no pueden, o creen que no pueden,
decir lo que desean y que es mejor fingir. No van a decir nunca: "Esto
no me gusta".
Hay ya muchos estudios que demuestran que el 70% de las
mujeres no pueden tener orgasmos por penetración. Cuando todos los
hombres lo sepan, la sexualidad será mejor para todos. Que sepan que
pueden dan placer a sus parejas con la mano, con la boca…
¿No se produciría una especie de derrumbe de la masculinidad y traería peores consecuencias?
No sé, pero quiero creer que los hombres sufren
también mucho de los estereotipos. Su pene tiene que funcionar siempre,
en el sexo tienen que ser casi como máquinas, no fallar nunca... (...)
¿Y una huelga de sexo? Algunas películas de ficción han fabulado con eso.
Se puede hacer una huelga de sexo y sería muy
fuerte. Sí, una huelga de sexo sería revolucionaria. Las mujeres no
podemos perder la solidaridad entre nosotras. Hay muchísimas mujeres en
el mundo que se sienten solas. Muchas escriben a estas cinco mujeres
diciéndoles que por fin han hablado de estas cosas, son personas que les
han mostrado que se puede hablar. Las mujeres somos invencibles si nos
juntamos. (...)" (Entrevista a Bárbara Miller, Begoña Piña, Público, 24/05/19)
No hay comentarios:
Publicar un comentario