"Todo vale en política. Al menos, en los últimos tiempos. El Gobierno catalán y el aragonés acaban de conceder exclusivos galardones a un filólogo, Artur Quintana,
cuya tesis es que cuando llegaron los romanos a la península ibérica,
ya se encontraron con que en la zona noreste se hablaba... catalán y
aragonés. Ahí es nada.
Pero estas tesis parecen gustar a las
administraciones, porque Quintana fue galardonado con la Creu de Sant
Jordi que le otorgó Carles Puigdemont, y con el premio Desideri Lombarte que le otorgó Javier Lambán, presidente de Aragón.
Las tesis de Quintana no son nuevas. En un vídeo promocional del
catalán en Aragón (promocionado por el Consejo Superior de Lenguas de
Aragón), el filólogo aseguraba que “el aragonés y el catalán son las
lenguas propias de Aragón y las trajeron nuestros antepasados romanos
cuando desembarcaron en esta península en el año 218 a.C., en Ampurias,
en la Costa Brava, y conquistaron toda la península durante las guerras
contra los cartagineses
Desde entonces, desde hace más de 2.000 años, dos mil doscientos y pico de años, se habla catalán y se habla aragonés en Aragón”. (...)
Las tesis comúnmente aceptadas son que el catalán es una lengua
románica y en la época de Jesucristo, al menos que se sepa, no existía.
Ni tampoco hay constancia por escrito de ello. Pero las veleidades
politicofilológicas escapan muchas veces a la lógica histórica o
cultural. (...)" (El Confidencial, 23/10/16)
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