"Cristóbal Montoro, que actúa como
intermediario jefe en la delicada operación, ha establecido que el pago
se efectúe en dos entregas, el 80 % antes de la comparecencia y el resto
una vez que Rajoy responda con su irritante y eficaz arrogancia a todas
las preguntas de la oposición.
En ambas entregas se deberá proceder con
el sigilo del leopardo y la rapidez del halcón peregrino, según
palabras del propio ministro de Hacienda.
Los billetes no podrán ser más grandes
de 50 euros, se llevarán en bolsas de plástico en cuyo exterior deberá
leerse la frase “Aquí dentro no hay nada” y se depositarán detrás del
bidet que el presidente tiene instalado en su escaño.
Como medida de seguridad, Rajoy solo
accederá a la tribuna del Congreso después de que su bufón de cabecera,
González Pons, cuente los billetes y compruebe que cada una de las
preguntas que le vayan a ser formuladas al presidente tenga la
supervisión de un redactor vivo de ABC y no contenga dinamita, insidia y
maledicencia. Pons también descartará las “preguntitas esas” que le
hacen poner cara de abuela imbécil.
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