"Fanta, ven aquí ahora mismo”, “Samsung,
deja de joder con la pelota” o “Citroen, que requeteguapo que eres” son
ya frases muy habituales en las calles y parques de nuestras ciudades.
Llamarse Carrefour, Volkswagen o Don Limpio ya es más que frecuente
entre los niños más pequeños, después del acuerdo que la Iglesia y el
Registro Civil adoptaron en su día con la mayoría de las grandes
empresas multinacionales.
Las marcas obtienen con esta licencia un
eficaz sistema de publicidad mientras que muchas familias desempleadas
han encontrado una pequeña pero necesaria fuente de ingresos extras.
Algunas compañías están yendo aún más allá y han empezado a lanzar
ofertas no sólo para los nombres de pila sino también para los apellidos
y para las combinaciones entre estos.
Ikea ofrece 975 euros por el
primer apellido, y 700 más si el segundo apellido fuese Mola. Dos niños
de Ceuta ya se llaman Ikea Mola, y el padre de uno de ellos aceptará
ponerle como nombre de pila Latienda.
Algunas asociaciones de padres de
alumnos están alertando ya sobre las ridículas consecuencias de esta
práctica. El caso más estrafalario es el de una niña de Santander,
llamada Google, que nunca encuentra nada. Según explica su madre, le
pasa como a todos los niños. No saben buscar las cosas." (Rokambol news, 06/07/2013)
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