¿Antes o después de la pelea?
“El ambiente era complicado…, y hubo algún momento en el que se
utilizaron, desde luego, unas palabras más altas que otras”. Uno de los
miembros del PP madrileño presente en el comité de dirección del PP, con
el que ha hablado ELPLURAL.COM, busca una figura para explicar la
situación de enfrentamiento que ante todos ellos protagonizaron
Esperanza Aguirre, presidenta del partido, y Ana Botella, y acaba por
encontrar dos símiles contundentes:
“Fue una ‘pelea de gatas’… Hubo
algún momento en que no podías dejar de pensar en esas mujeres que se
enzarzan a golpes sobre el barro”.
Según este miembro de la dirección popular, la reunión se desarrolló de una manera correcta -”tratamos los temas habituales, internos…, hasta que Ana (Botella) tomó la palabra y comenzó a lamentarse”.
De lo que se quejaba la alcaldesa de Madrid, según dice
esta fuente a ELPLURAL.COM, era “de haberse sentido abandonada por el
partido. Y entonces empezó el cruce de reproches: ‘tú has dicho… tú has
hecho….’”.
Ana Botella se quejó entonces, según nos dicen, de las críticas, más o
menos directas que Aguirre “ha estado dejando caer desde los sucesos
del Madrid Arena”. Aguirre, al parecer en un tono cortante y agresivo,
le vino a recordar entonces a Botella que ella nunca se había
significado por su compromiso en apoyo de otros en el partido y le citó
un caso:
“Tú firmaste delante de las cámaras en el hospital de La
Princesa”. Botella, el pasado mes de noviembre, no tuvo inconveniente de
firmar junto a su yerno Alejandro Agag, y ante los periodistas, en una
hoja que le presentaron en la que se recogían apoyos contra la privatización de la gestión de la sanidad madrileña.
La discusión pasó a convertirse entonces de una ‘pelea de gatas’, en un ‘triángulo de imprecaciones’. Ignacio González, el delfín y sucesor de Aguirre, había arrastrado aquella herida. Botella contraatacó criticando las declaraciones de González tras producirse la imputación de toda la cúpula del Ayuntamiento el pasado martes.
El
presidente madrileño dijo “bienvenida sea” a la imputación de Antonio de
Guindos, el hombre en el que Botella se apoyaba ahora. Una declaración
que, en medio de la discusión, González reconoció que podía haber estado
“mal planteada”, pero que, se defendió ante sus compañeros, había
aclarado de inmediato justificando lo que supuestamente quería decir:
que gracias a la imputación, de Guindos y los demás podrían explicarse
ante el juez y aclarar definitivamente los sucesos del Madrid Arena.
A
Botella estuvo muy lejos de convencerla, y continuó quejándose del poco
apoyo del partido.
Según le cuentan a ELPLURAL.COM, Botella se encontró con la
contestación de lo que es un sentimiento generalizado en el partido,
“que ella siempre ha ido por libre, que nunca ha salido en defensa de
otros, ni del partido.., que Botella sólo se preocupa por Botella”.
Según nos dicen, Esperanza Aguirre vino a “negarle legitimidad alguna
para quejarse de abandono, porque ella tiene abandonados a los demás”.
Lo cierto es que el ambiente en el PP madrileño empieza a ser eléctrico, según le dicen a este periódico. “Hay una enorme expectación ante la tensión que está acumulando Esperanza… Todos estamos a la espera de ver qué sucede, si llega el momento en el que nos obliga a elegir entre ella y la dirección nacional, pero las exigencias “de regeneración” que está haciendo pueden provocar una quiebra con un resultado impredecible”. (El Plural.com, 07/02/2013)
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