"Las campañas electorales de Silvio Berlusconi tienen siempre novedades y
sorpresas dirigidas a ganar electores por el mismo procedimiento que en
el marketing se obtienen superiores cuotas de mercado.
En la que acaba
de terminar su promesa estrella consistió en ofrecer la supresión del
IMU, un impuesto municipal muy oneroso similar a nuestra contribución
tipo IBI, que él mismo había establecido para las segundas viviendas y
que hace unos meses el Gobierno Monti, con el apoyo del propio
Berlusconi, generalizó para todos los tipos de residencia. (...)
Pero es que Silvio no se limitó al anuncio de que lo suprimiría
devolviendo asimismo lo ya cobrado para 2012, sino que envió un mensaje
electoral a millones de italianos con un sobre copiado de los de
Hacienda, pero con el sello de su partido, para decir que ya podían
pedir la devolución.
Al día siguiente muchos ciudadanos acudieron a las
oficinas de Hacienda para hacer efectiva la promesa, con el resultado y
los enfados que cabía esperar." (ANTONIO ELORZA, EL CORREO 25/02/13, en Fundación para la Libertad)
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