"El director del aeropuerto de Castellón
tendrá que dejar de observar el espacio aéreo de Castellón durante al
menos quince días, según prescripción de su médico. “El simple vuelo de
una mosca podría sumirle ahora en una depresión”, han declarado los
facultativos.
El directivo, que recientemente había
visto aumentado su sueldo hasta los 84.000 euros anuales, no ha podido
sin embargo aguantar más la presión a la que estaba siendo sometido, y
ayer mismo estrelló un pañuelo de papel contra el suelo.
Al parecer, el
incidente hizo que los siete empleados del aeropuerto dejaran
inmediatamente de observar el cielo con los prismáticos y auxiliaran al
director recostándole en uno de los cuatro mil asientos vacíos de la
terminal.
Poco después, un coche oficial cuya potencia de motor y
prestaciones eran directamente proporcionales a la indignación de los
castellonenses, lo trasladó a su domicilio donde pudo administrarse la
medicación adecuada y un rodaballo a la salsa Schöngen.
Según las primeras informaciones, parece
ser que el director del aeropuerto era presa de las burlas, constantes y
despiadadas, de sus propios empleados, que llegaban incluso a imitar el
sonido de aviones despegando, para hacerle creer falsos movimientos de
aeronaves.
Uno de los empleados, el más activo, solía fingir voces de
pilotos de aviones imaginarios que solicitaban aterrizar en el
aeropuerto de Castellón y que finalmente siempre se decidían por el de
Valencia. Esta falsa petición de aterrizaje se producía al menos
setecientas veces al día.
Se cree que en el presunto moobing también
estaban implicados la mayor parte de los halcones encargados del control
de la fauna en las pistas. “Se pegaban a la ventana de mi despacho de
la torre de control y se ponían bizcos, todos a la vez”, ha declarado el
director afectado." (Rokambol News, 29/09/2012)
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