"¿Se puede diseñar un edificio de forma deliberada para facilitar la
igualdad entre hombres y mujeres, por ejemplo, en materia de
corresponsabilidad y seguridad?
¿Se pueden establecer normas de
habitabilidad con perspectiva de género? El Gobierno vasco no tiene
ninguna duda. Su Departamento de Vivienda está trabajando en un decreto —todavía en fase de borrador—
con las nuevas normas de construcción y de habitabilidad que analiza
todos los espacios, tanto de los elementos comunes de los edificios como
los de cada vivienda, para facilitar la seguridad y la integración en
las tareas domésticas que todavía siguen separadas por sexos y que de
forma mayoritaria siguen siendo asumidas por las mujeres.
Las mujeres
destinan 26,5 horas a la semana a cuidar a hijos o familiares, tareas
domésticas y colaboraciones sin sueldo en ONG, frente a las 14 horas de
los hombres.
Para fomentar la igualdad, se mete, literalmente, hasta en la cocina:
entre las medidas que se estudian, está la de integrar este espacio en
el salón, en lugar de en un extremo de la casa, o ampliarlo para que
quepan al menos dos personas. El borrador especifica, por ejemplo, que
la cocina tendrá como mínimo siete metros cuadrados y la sala de estar,
14.
"El espacio para cocinar tendrá preferentemente las dimensiones de
cocina comedor, en su defecto el espacio se diseñará colindante con el
comedor de forma que pueda unirse de forma directa y o tener una
conexión visual directa", especifica el borrador en su Anexo III. (...)
"Podemos hacer que la cocina se convierta en un espacio común, pero
común de verdad, que la cocina se convierta en un espacio de la unidad
convivencial, no solo de la mujer". ¿Cómo? Promoviendo que las cocinas,
que hasta ahora están en una esquina, estén más integradas en el salón.
"Si la cocina está en una esquina de la casa y el salón en la otra, las
personas están aisladas.
Proponemos que esas dos piezas estén contiguas,
que tengan dimensión suficiente como para albergar a dos personas y que
además esos dos espacios comunes ocupen la centralidad de la casa",
explica.
La presidenta de la Asociación Clara Campoamor, Blanca Estrella, cree
que la recomendación para unir cocina y sala de estar "es una
tontería". "A mí no me gusta. Hay que hacer otras cosas para que el
hombre entre en la cocina", critica, "eso es asunto de cada uno".
Sí se
muestra de acuerdo, sin embargo, con la normativa que afecta a la
eliminación de espacios oscuros en el portal y en las escaleras de
acceso. Sin embargo, sus prioridades son otras. "Lo que tendrían que
hacer es convocar el pleno extraordinario para aprobar el Pacto de
Estado contra la Violencia de Género y, sin embargo, nos vamos a
elecciones", critica con cierto enfado. (...)" (Pedro Gorospe, El País, 19/09/19)
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