"La humorista gráfica Atxe (Vitoria-Gasteiz, 1983) ha publicado en la editorial Akal el libro Capitalismo ¿por qué?,
un ensayo ilustrado, en clave de humor, que analiza las causas de los
malestares causados por el capitalismo y nos conduce a plantearnos por
qué debemos seguir soportándolos. (...)
— ¿Capitalismo ¿por qué? es un libro en el que a través de las ilustraciones reflexionas sobre la evolución del capitalismo y la desposesión de grandes mayorías sociales. ¿Cómo surge la idea? ¿Por qué es necesario?
— La idea surge a raíz de un trabajo de fin de
posgrado, un posgrado de análisis del capitalismo con una visión crítica
que abre el filósofo recientemente fallecido Antoni Domènech, fundador
de la revista SinPermiso. Una de las cosas que
más me hicieron reflexionar en este curso fue el descubrir cómo el
capitalismo ha hecho suyos varios conceptos fundamentales en nuestras
vidas, como son la propiedad, los mercados, la libertad… arrebatándoles
una orientación primigenia que era diferente de la que hoy les
otorgamos.
Hemos asumido este sistema y sus dogmas como una evolución
natural de la historia (la mejor posible) y apenas prestamos atención al
hecho irrefutable de que el capitalismo pudo despegar gracias a que las
clases populares sufrieron una desposesión material y simbólica de
dimensiones colosales por parte de unas oligarquías que acumularon
riqueza y poder haciendo uso de una violencia cruel e inhumana y
pasándose las leyes por el forro, cuando las había.
Fue aquella oligarquía la que configuró el mundo que
hemos heredado, absolutamente desigual, con unos desequilibrios
socioeconómicos globales que son la base de las grandes injusticias que
se producen en la actualidad y causa de la falta de libertad a la que
nos vemos sometidos el 99% de la población.
Pienso que gran parte de los
malestares que hoy sufrimos anclan sus raíces en un pasado bastante
remoto que es imprescindible analizar con ojo crítico para entender por
qué estamos como estamos y hacernos así con herramientas intelectuales
que nos permitan pensar cómo salir de este sistema en decadencia y
entrar en formas de vida más vivibles, más amables para las mayorías
sociales, para las mujeres y, obviamente, para el planeta que habitamos.
— ¿Qué aporta la ilustración, el dibujo, para comprender temas que en algunas ocasiones son rudos, como este?
— El dibujo, por un lado, amplía el radio del lector
potencial, ya que ayuda a que se acerque al libro con menos pereza:
digamos que hace la lectura más atractiva. Y, por otro lado, y como tú
dices, es un mecanismo ideal para explicar ideas que puedan resultar un
poco complejas o sin interés, como, por desgracia, suele ocurrir con la
economía. Vamos, que expresarse a través del dibujo puede tener la
capacidad de engrasar el cerebro para que la información fluya con más
facilidad.
— En tu libro hay humor y mala uva. ¿Qué importancia tiene el humor para combatir al poder?
— Como el dibujo, el humor también tiene
esa cualidad “cerebrodilatadora”. No sé, en cambio, si llega a ser
realmente combativo contra el poder. No vamos a derrocar el
neoliberalismo contando chistes, pero si contando chistes somos un poco
más exitosos desvelando las vergüenzas del neoliberalismo, bienvenidos
sean entonces. Sí que es verdad que el humor amplía los márgenes de lo
que se puede decir, de la libertad de expresión, vaya. Y eso sí que hace
daño al poder.
— En el libro hay cuatro apartados. ¿Qué se encuentra el lector en cada uno de ellos?
— Comienzo el libro con un poco de
historia, explicando cómo comenzó a producirse aquella acumulación
originaria de tierras que dejó al campesinado libre de la época
absolutamente desposeído, y de qué manera ha evolucionado con el tiempo
esa desposesión, que hoy se sigue produciendo. Cabe resaltar el hecho de
que, sin explotación colonial ni patriarcal, el capitalismo no hubiera
podido echar a andar. También es importante valorar o pensar qué noción
de propiedad se manejó y manejamos hoy para entender cómo se constituye y
se reproduce el sistema.
En la segunda parte, explico las consecuencias que
tiene en las clases populares aquella desposesión. Cómo, al no tener una
base material a la que asirse, a la clase trabajadora no le queda otra
que mendigar un empleo, por precario que sea. Básicamente, el
capitalismo se nutre de la desesperación de la gente que no posee nada
más que su fuerza de trabajo y que se ve forzada a disciplinarse para
adaptarse a un mercado laboral hostil para el grueso de los humanos y
diseñado por las oligarquías económicas a su gusto.
En la tercera parte, hablo precisamente de estas
oligarquías acumuladoras de riqueza y poder, de cómo logran esa
acumulación y de cómo utilizan ese poder para domesticar a los Estados y
menoscabar las democracias con el fin de perpetuar estas dinámicas
injustas.
Y en la cuarta parte, la pregunta “¿por qué?” del
título del libro cobra otro sentido para preguntarnos: “¿y por qué
leches tenemos que aguantar esto?”.
Aquí se plantean ciertos caminos que
podrían conducirnos a revertir esas dinámicas desposeedoras del
sistema, a apropiarnos de traducciones contemporáneas de esos bienes
materiales y simbólicos que nos fueron arrebatados. No hay intenciones
proféticas, pero sí de cierta rebeldía o espíritu inconformista que
exija, como lo hizo el 15M, más democracia y más dignidad para nuestras
vidas."
(Entrevista a la humorista Atxe, Sato Díaz, Cuarto Poder, 08/05/19)
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