"Los dos candidatos a la presidencia de
Estados Unidos, que mantuvieron el pasado miércoles su primer debate
televisado, esgrimieron la figura de Mariano Rajoy como arma arrojadiza
para criticar las erróneas políticas que podrían abocar a los
norteamericanos a perder todo el respeto por sus dirigentes.
Romney
subió al estrado haciéndose el bizco y arrastrando las eses, y Obama
pronunció cuatro mentiras descaradas cuando saludó a su rival. El
público reconoció inmediatamente al presidente español, y las risas y
los silbidos contribuyeron a romper el hielo de los primeros minutos.
A pesar de que las encuestas previas al
debate daban como favorito a Barak Obama, el presidente de Estados
Unidos no salió demasiado airoso de su primer encuentro con el candidato
Mitt Romney. Un presidente cabizbajo y un aspirante gallito eliminaron
toda posibilidad de que el debate tuviera un mínimo de emoción.
Cuando el candidato republicano le
mostró las fantásticas cifras de soldados y civiles muertos durante la
etapa de George Bush y las comparó con las del actual presidente, Obama
quedó desconcertado durante unos segundos, tras los cuales solo tuvo
fuerzas para replicar con un par de asuntos sucios en Líbano y alguna
que otra maniobra rastrera perpetrada junto con los israelíes en un país
que ni siquiera fue capaz de recordar. “Sevilla, o algo así”, dijo el
presidente.
Romney también supo aprovechar la
actitud taciturna del presidente para manifestarle sus dudas sobre el
color de su piel. “No creo que sea usted tan negro como parece”, le
espetó Romnney, quien le pidió someterse a una demostración con la
maquilladora del programa. Obama le sugirió entonces a Romney que se
dejase estirar el pelo por alguna de las azafatas del plató.
Después de
casi diez minutos de debate empleados por los candidatos en retarse a
mostrar la dentadura, dejarse tocar los bíceps o bajarse los
calzoncillos, el encuentro volvió a perder interés." (Rokambol News, 05/10/2012)
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