"La gente normal no va por ahí quitándose los pantalones pero en grupo sí. Estaba prohibido el exhibicionismo. No molestamos a nadie y es gratis", cuenta Yera, que resalta que sus acciones, colgadas en Internet, sólo persiguen que la gente sonría. "Con eso nos damos por satisfechos", explica. Todo nació por casualidad: hace dos años quedó fascinada viendo un canal internacional en el que se hablaba de los flashmobs (acciones instantáneas) o los happening (ensayadas y con coreografía) por ciudades de todo el mundo. Y de ahí surgió la idea, junto a Eloy, de crear Barnamob, que cuenta con 2.500 simpatizantes en Facebook y que ha movilizado a miles de personas. Ahora se plantea hacer acciones más minoritarias y escénicas para no morir de éxito.
El secreto reside, según ella, en que la gente necesita reírse, huir de la rutina y sentirse parte de un grupo. El movimiento no es reivindicativo; es cibernético y cívico (prohíbe dañar el mobiliario). Han convocado 15 acciones, todas en Barcelona, como guerras con pistolas de agua o maullado ante el gato de Botero. En el imperio del absurdo, los participantes actúan y se dispersan. La cuestión es por qué en un planeta tan herido no destinan toda esa energía a causas humanitarias. "¿Y por qué es función de Barnamob hacer cosas por la gente? ¿Por qué no se les pide a otros?", replica harta esta universitaria de 25 años con un halo de misterio: se niega a explicar qué estudia porque quiere separar su vida privada -"No tengo nada que ocultar"- de Barnamob.
Su acción soñada sería la de desplazarse dentro de una rueda gigante. Y mientras el día llega, responde cientos de correos diarios sacrificando el ir de copas con los amigos y horas de sueño porque visualiza las acciones mil veces. "Es casi un trabajo", resopla. "¡Pero es superútil hacer reír a la gente!". Ya sabía eso Jorge de Burgos, el asesino de El nombre de la rosa, que mataba para que nadie leyera el Tratado de la Risa de Aristóteles. Y también lo sabía la madre de Lorena Yera: le ha pedido que monte algo un lunes, su día de fiesta, para reír un rato." (LORENA YERA: "Las causas humanitarias, que se las pidan a otros".El País, ed. Galicia, última, 24 /03/2010)
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