25/3/10

"Las causas humanitarias, que se las pidan a otros"... "¡Pero es superútil hacer reír a la gente!"

"La cita con Lorena Yera se fraguó de forma particular: se gestó a través de Facebook y sólo se recurrió al teléfono en última instancia para concertar una comida en un bar de tapas cerca de Las Ramblas. No es extraño que fuera así porque Lorena y su amigo Eloy Costilludo utilizan desde agosto de 2008 la poderosa red social de Internet para convocar acciones absurdas y espontáneas. Su última hazaña fue lograr que 800 personas recorrieran el Paseo de Gràcia sobre unos globos aeroestáticos en forma de caballito. Y la penúltima, que 260 personas, para el pasmo de muchos, fueran en ropa interior por el Metro.

"La gente normal no va por ahí quitándose los pantalones pero en grupo sí. Estaba prohibido el exhibicionismo. No molestamos a nadie y es gratis", cuenta Yera, que resalta que sus acciones, colgadas en Internet, sólo persiguen que la gente sonría. "Con eso nos damos por satisfechos", explica. Todo nació por casualidad: hace dos años quedó fascinada viendo un canal internacional en el que se hablaba de los flashmobs (acciones instantáneas) o los happening (ensayadas y con coreografía) por ciudades de todo el mundo. Y de ahí surgió la idea, junto a Eloy, de crear Barnamob, que cuenta con 2.500 simpatizantes en Facebook y que ha movilizado a miles de personas. Ahora se plantea hacer acciones más minoritarias y escénicas para no morir de éxito.

El secreto reside, según ella, en que la gente necesita reírse, huir de la rutina y sentirse parte de un grupo. El movimiento no es reivindicativo; es cibernético y cívico (prohíbe dañar el mobiliario). Han convocado 15 acciones, todas en Barcelona, como guerras con pistolas de agua o maullado ante el gato de Botero. En el imperio del absurdo, los participantes actúan y se dispersan. La cuestión es por qué en un planeta tan herido no destinan toda esa energía a causas humanitarias. "¿Y por qué es función de Barnamob hacer cosas por la gente? ¿Por qué no se les pide a otros?", replica harta esta universitaria de 25 años con un halo de misterio: se niega a explicar qué estudia porque quiere separar su vida privada -"No tengo nada que ocultar"- de Barnamob.

Su acción soñada sería la de desplazarse dentro de una rueda gigante. Y mientras el día llega, responde cientos de correos diarios sacrificando el ir de copas con los amigos y horas de sueño porque visualiza las acciones mil veces. "Es casi un trabajo", resopla. "¡Pero es superútil hacer reír a la gente!". Ya sabía eso Jorge de Burgos, el asesino de El nombre de la rosa, que mataba para que nadie leyera el Tratado de la Risa de Aristóteles. Y también lo sabía la madre de Lorena Yera: le ha pedido que monte algo un lunes, su día de fiesta, para reír un rato." (LORENA YERA: "Las causas humanitarias, que se las pidan a otros".El País, ed. Galicia, última, 24 /03/2010)

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