"Tenían razón los que negaban que el independentismo fuera la revolución de los privilegiados y de los ricos, no me importa admitir mi error. Tenían razón para que los que cobran 6.000 euros al mes -la mayoría con pajarita amarillo bien visible en el abrigo, el coche deportivo y en la segunda residencia- no pasan de ser clase media, y además apurada, una pobre gente que no puede ni comer trufas cada día y se debe conformar con comer gambas, y aún sin chupar su cabeza por culpa del cadmio.
Ha tenido que ser Pilar Rahola quien alerte de la existencia de una clase media -apurada, no lo olviden- de 90.000 euros anuales, un caso insólito en todo el mundo, lo que confirma la excepcionalidad que vive Cataluña por culpa estado opresor.
De paso, se ha comprobado que era falso que Pilar Rahola fuera frívola, insolidaria, clasista, pija, estúpida y lameculos, ya que a pesar de tener ella unos ingresos muy por encima de esta clase media -apurada- no ha dudado en utilizar una de sus escasas apariciones en TV3 para avisar de la precariedad en la que viven estos pobres diablos.
en las paelladas que cocina la Rahola para sus amigos siempre estratégicamente situados cerca de poder -es de suponer que ponen percebes en lugar de pèsols-, se debe hablar con conmiseración, con asco y todo, de la gente que sólo cobra 90.000 euros y no llega a fin de mes, puede que invitan alguno, por lo que sentarse un pobre en la mesa.
Desde la atalaya de quien cobra a saber qué morterada gracias a tener buenos contactos y no enfadar quien manda y reparte en Cataluña, Pilar ve con sincera preocupación que alguien cobre la miseria de 6.000 euros mensuales. Naturalmente, ni se le pasa por la cabeza que alguien cobre sólo 2.000, quizás algún español, que son como bestias inmundas y con cualquier cosa sobreviven, pero un catalán, imposible.
Saliendo en pantalla con un lacito amarillo y graznando tonterías sobre los apurados de 90.000 euros, la Rahola no es más que un esperpento del cual poder reírse, pero a la vez representa con todo detalle cómo piensa la clase dirigente catalana.
Ha pasado en poco tiempo de ser una caricatura de sí misma a ser una caricatura del proceso. No se puede decir que no hiciera carrera, quiénn tiene como único mérito conocido cocinar paellas para el poder, cualquiera que sea el poder." (Albert Soler, Diari de Girona, 23/12/19)
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