"(...) Es más importante la exhibición idiomática que hicieron los tres
abanderados de la independencia. Se manejaron bien con idiomas tan
dispares como el inglés, el francés y el catalán. Yo eché de menos el
noruego.
Porque el castellano ya lo ha quitado Donald Trump, y es importante
estar en la corriente fundamental del mundo. Trump lo ha quitado de la
web de la Casa Blanca, y la Generalitat no es menos en este terreno.
Desde que Trump tomó posesión del cargo en Washington, la cacería está
abierta. Lo único que pasa es que Puigdemont no tiene dinero para
construir un muro a lo largo del Ebro. (...)
Y ahora podemos ver cómo hay dos posibles motivaciones para liquidar
una lengua que habla un 25% de la población en Estados Unidos y un 100%
en Cataluña. Eso quiere decir, al parecer, que la acción contra el 25%
es propia de un fascista, mientras que eliminar una lengua que puede
hablar el 100% es claramente democrático y progresista.
Le va a costar mucho a Puigdemont convencer a Europa de que su
impulso independentista es democrático con un programa tan avanzado como
el que tiene su partido para acabar con una lengua, contra los deseos
de la mitad de sus conciudadanos. Creo que Puigdemont ha vuelto a casa
con un buen botín: ha dado una conferencia en Bruselas." (Jorge M. Reverte, El País, 27/01/17)
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