5/7/12

El Gobierno rescatará también los campos de golf y las marisquerías. El ministro de Economía, José Luis De Guindos, cree que la situación es crítica. Apenas media docena de banqueros acuden ya cada semana a dar unos golpes. Los clientes ni siquiera alquilan los servicios de un cady sino que recurren a sus esposas o a alguno de sus empleados

"La alarmante disminución de socios en los campos de golf españoles a causa de la crisis está poniendo en serios aprietos económicos a cerca de un centenar de clubs repartidos por toda España, y, en consecuencia, a los restaurantes – marisquerías situados en las cercanías de esos campos. 

Apenas media docena de banqueros acuden ya cada semana a dar unos golpes, según el portavoz de la Asociación de Campos de Golf. “Los clientes ya ni siquiera alquilan los servicios de un cady sino que recurren a sus esposas o a alguno de sus empleados de confianza para que les lleven la bolsa de los palos”, se lamenta el portavoz.

 “Muchos de los golfistas han dejado de venir porque tienen miedo a caminar por esos campos semidesiertos”, añade, “y ayer mismo una lombriz de tierra le plantó cara a uno de nuestros clientes justo cuando iba a entrar en green”. Al parecer, la lombriz de tierra incomoda a los jugadores, no sólo por su lenguaje ordinario sino por sus posturas y su actitud.
El ministro de Economía, José Luis De Guindos, cree que la situación es crítica, y planteará en el próximo Consejo de ministros destinar 3.500 millones de euros a sanear los clubs de golf, y otros 850 millones para renovar el parque de centollos y bogavantes de las marisquerías afectadas.

 “Hay que tener en cuenta que cada vez que un par de golfistas habla de negocios en el green, se reduce el paro en España y aumenta la bilirrubina”, ha dicho el ministro.
Por otro lado, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y un representante de la Comisión Europea se reunirán este mes con el presidente de la Federación Nacional de Clubs Náuticos para estudiar las ayudas a cerca de 500 yates de más de noventa metros de eslora que necesitan 1.200 millones de euros para renovar la madera de teka de las cubiertas y unas mesas especiales antideslizantes que se usan para dejar los gin-tonics cuando hay marejadilla sin que se derramen sobre los pechos de las traductoras rumanas."                  (Rokambol News, 26/06/2012)

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