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Otro día en la pena capital en Estados Unidos: Idaho desiste en su intento de matar a un asesino en serie al no encontrarle la vena

 "El mismo día en que Idaho desistió de su intención ejecutar a Thomas Creech, un asesino en serie al que los verdugos no pudieron encontrarle la vena para administrarle inyección letal, Texas mató a Iván Cantú, un hombre acusado de la muerte en Dallas en 2000 de su primo, James Mosqueda, y de la novia de este, Amy Kitchen.

Las últimas palabras de Cantú, que murió por el método de la inyección letal en la prisión donde Texas tiene encerrados a los presos del corredor de la muerte en Huntsville, localidad volcada con el negocio de la encarcelación masiva, fueron para defender su inocencia, en la que insiste desde su detención. “Me gustaría dirigirme a las familias Kitchen y Mosqueda. Quiero que sepáis que nunca maté a James y Amy”, dijo. El reo, de 50 años, expiró a las 18:47, 21 minutos después de recibir la dosis mortífera de pentobarbital, según las autoridades carcelarias de Texas.

La ejecución de Creech, por su parte, estaba llamada a ser la primera en 12 años en Idaho. El director del Departamento Correccional del Estado, Josh Tewalt, certificó la imposibilidad de llevarla a término alrededor de las 11:00, aproximadamente una hora después de cuando estaba prevista. Tewalt explicó que el equipo médico fue incapaz de dar con una “vía intravenosa” válida. Los carceleros lo devolvieron a su celda, la sentencia de muerte expiró, y el Estado anunció que reflexionaría sobre “los siguientes pasos que tomar” con Creech.

La inyección letal es, según los expertos, el método de ajusticiamiento que más falla, lo que ha llevado a Alabama a probar con la asfixia con nitrógeno. El pelotón de fusilamiento ha regresado por ese mismo motivo a algunos territorios: Misisipi, Oklahoma, Carolina del Sur y Utah lo contemplan hoy entre sus opciones.

 A sus 73 años, Creech es el recluso que lleva más tiempo en el corredor de la muerte de Idaho. Fue condenado a la pena capital por el asesinato en 1981 de otro preso, David Dale Jensen. Por aquel entonces, ya acumulaba cuatro cadenas perpetuas por otros tantos asesinatos. Después le adjudicaron otros seis y él se declaró culpable de haber matado “a más de 40 personas”, según un comunicado de la oficina del fiscal. La última víctima en engordar su haber llegó el pasado enero, cuando la policía de San Bernardino (California) anunció la resolución de un caso abierto desde hace medio siglo; los investigadores determinaron que Creech era el culpable de la muerte de un joven llamado Daniel Walker.

Este miércoles, el Tribunal Supremo de Washington desestimó la apelación de último minuto del reo. Las ejecuciones son un asunto raro en Idaho. Desde 1976 solo se han consumado tres, según los datos oficiales. (...)"                (Iker Seisdedos, El País, 29/02/24)

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