21/9/20

Iker Jiménez descubrió horrorizado que muchos seguidores lo tachaban de traidor y vendido al poder... por admitir que el Covid-19 es real, no una conjura para favorecer a Bill Gates, George Soros y Pedro Sánchez, por este orden... e insistía después: "No soy judío, no soy masón, no pertenezco a ninguna sociedad secreta u oculta"

 "Perplejo y dolorido, el presentador televisivo reaccionó en agosto de forma confusa en Twitter. Le interesaba mucho decir lo que no era: "No soy un traidor, no estoy a favor de Soros, Bildelberg ni la Masonería".

 El desmentido no parecía suficiente e insistía después: "No soy judío, no soy masón, no pertenezco a ninguna sociedad secreta u oculta". Judíos y masones, los enemigos declarados de la propaganda del franquismo que parece que no han perdido capacidad de hacer el mal en ciertas mentes.

¿Cómo pudisteis hacerme esto a mí?, era el argumento principal de Jiménez. Yo, que he analizado temas "intocables", como "la pederastia de las élites" o "el marxismo cultural" (este último, un tema que también preocupa a Cayetana Álvarez de Toledo)

"Algo he debido hacer mal yo durante muchos años", contó también en un instante de lucidez. Este fin de semana, volvió a Cuatro su programa 'Cuarto Milenio', interrumpido por la pandemia en marzo, con lo que existía la oportunidad de comprobar su presunto propósito de enmienda. Falsa alarma. "Nosotros no hemos cambiado de chaqueta", dijo al principio. Continúa residiendo en ese lugar donde los hechos son sólo una versión que hay que desmontar.

El problema de Iker Jiménez es que, al reconocer que el Covid-19 es una enfermedad real, desmentía a los adictos a la "Plandemia", la teoría de la conspiración alentada desde Facebook y YouTube que sostiene que el coronavirus fue creado en un laboratorio para favorecer a oscuros intereses políticos y económicos. 

Quizá ese núcleo duro de conspiranoicos haya renunciado al programa, pero los seguidores habituales no debieron de sentirse decepcionados. Los datos de audiencia lo confirman. Tuvo un 13,3% de 'share' (mejor porcentaje desde 2013, favorecido por su larga duración, cuatro horas) y 1.590.000 espectadores (mejor cifra desde 2006). Derrotó a un programa de Telecinco dedicado a Juan Carlos de Borbón y al cine emitido por La 1, Antena 3 y La Sexta. Una repercusión social que no se puede desdeñar con referencias a lo sobrenatural.

En la línea de su estilo, 'Cuarto Milenio' fue otra celebración de lo que se podría llamar con compasión teorías alternativas a la realidad. Iker Jiménez ignoró lo que los científicos han descubierto sobre el coronavirus y extendió con sus principales colaboradores una red de insinuaciones, medias verdades y, en algunos casos, datos falsos para negar todo lo que se ha escuchado en los últimos meses. Los contertulios empezaban algunas frases con "algunos piensan que" o "hay algunos que dicen", un recurso perfecto para no aportar ninguna prueba. Tiene su lógica. Cuando bajaban a menciones concretas, presentaban como ciertos hechos que no lo son. (...)

Resulta tentadora la idea de despreciar 'Cuarto Milenio' como un simple programa de entretenimiento (y es eso, como casi todo lo que se ve en televisión). O reírse de la furia de los espectadores que se sintieron abandonados por Iker Jiménez y que creen que existe un protocolo de los sabios del coronavirus que ha engañado a todo el mundo. Sería un error porque dentro de unos meses –no se sabe con exactitud cuántos– habrá una vacuna o vacunas para inmunizarse de la enfermedad.

Una encuesta reciente dice que un 68% de los españoles es favorable a recibir una futura vacuna contra la Covid-19, pero que un 23% no lo tiene nada claro. Un 16% de los británicos se negaba en julio a aceptarla. Si se extiende la desconfianza hacia la vacunación, se podría poner en peligro su objetivo, que consiste en alcanzar la inmunidad colectiva necesaria. El éxito final no sería encontrar la vacuna, sino que la gente la acepte y llegue a todos con independencia de circunstancias económicas o sociales.

La pregunta que hay que hacerse es: ¿podemos estar tranquilos si el éxito de la vacuna reside en parte en lo que digan Iker Jiménez y sus invitados en horario de máxima audiencia?"               (Íñigo Sáenz de Ugarte, eldiario.es, 07/09/20)

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