"Cuando el nacionalismo entra en la Iglesia la religión se pone al servicio de lanació,
pierde su vigor, amustia su fuerza profética y debilita su influencia
hasta la insignificancia o el mamarrachismo. Eso ocurre con la Iglesia en Cataluña, espectral, transparente, residual y títere de la ideología del poder.
Lean el artículo aparecido el 24 de mayo en Catalunya Cristiana,
la revista de los obispos catalanes que nadie lee: jugueteando con las
elecciones municipales, recordando el 9N y apostando por el prusés, un tal Sànchez (sisplau passi pel catalanitzador de cognoms) se lo hace venir para afirmar que “María, la experta en decir ‘sí’ (…) María también votó ‘sí’“. Ya se imaginan a qué, ¿verdad? Y claro, si la Virgen votó “sí”, ¿cómo puede un cristiano decir ‘no’ al prusés?.
Gracias a Dios, hace mucho tiempo que los
cristianos sencillos aprendieron que para conservar su fe era necesario
pasar de los mossens nacionalistas amorcillados con el poder y
descansar en las claras aguas de los curas cercanos, evangélicos y
contraculturalmente católicos.
Dolça i idolàtrica Catalunya…" (Dolça Catalunya, 08/07/2015)
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