(...) no deja de sorprender que en el Pentágono alguien también haya
dedicado tiempo a planificar una respuesta armada a una amenaza zombi.
Un documento de 2011 desclasificado y publicado en múltiples medios
internacionales, el “CONPLAN 8888”, explica detalladamente cómo el
Comando Estratégico de Estados Unidos debería responder militarmente a
“la amenaza de hordas de zombis” que “no temen al dolor o la muerte”
para “preservar la santidad de la vida humana y apoyar a la población
humana, incluida la de adversarios tradicionales”.
Este plan de contingencia ante “un apocalipsis zombi” comienza con un
prefacio muy claro: “no fue diseñado como un chiste”. Siguiendo las
pautas marcadas en “Operaciones contra la dominación zombi”, los
objetivos primordiales serían “proteger a la humanidad”, “erradicar la
amenaza” de los muertos vivientes y “ayudar a las autoridades a mantener
la ley y el orden para reponer los servicios básicos después del ataque
zombi”.
El propósito final sería instaurar de nuevo un gobierno civil,
democrático, con un soporte militar cuyos principales pilares estarían
en Fort Meade (sede de la Inteligencia) y las bases aéreas de Vandenberg
(California), Whiteman (Misuri) y Offutt (Nebraska), donde está basado
el Comando Estratégico.
Para lograrlo no se dudaría en usar “todas las
capacidades militares disponibles”. En el documento del Departamento de
Defensa hay además una lista detallada con ocho tipos de zombis, como
los creados por la mano de un diablo mágico, los patógenos,
radioactivos, espaciales o vegetarianos, entre otros.
El Pentágono, que se autodefine como “una agencia de planificación de
opciones”, ha planteado en este documento de 31 páginas, también
conocido como “Counter-Zombie Dominance”, un escenario en el que sus
mandos militares y de inteligencia pudieran aprender y desarrollar
conceptos y procedimientos ante un ataque a gran escala o una catástrofe
mundial.
De marcianos, brujas o dragones quizá no sea el momento de
preguntar con el Ébola y el Estado Islámico llamando a demasiadas
puertas." (David Corral Hernández, Observatorio PSyD, Tribuna Libre, 15/10/2014)
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