5/1/09
Riéndose de su muerte
"Cuando Ferrer volvió a Santander desde el exilio, vivo todavía Franco, acudió de mañana al cementerio local para desparramar claveles en la campa donde los asesinos de la posguerra enterraban a sus víctimas como a animales, por miles. "¿Qué hace usted?", le increpó el vigilante. "Echo claveles sobre mi tumba". "¡Pero usted está vivo!". "Sí. Pero si no llego a irme, estaría enterrado aquí". (EULALIO FERRER :"No es posible vivir con rencor en el corazón". El País, ed. Galicia, Última, 30/12/2008)
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