"Una comunidad de vecinos de Madrid boicotea la apertura de una clínica que cuenta con todos los permisos legale. (...)
Rafik, de 58 años y origen sirio, tiene 15 años de experiencia como propietario de otra clínica similar y muchos más como cirujano y ginecólogo. Posee, además, todas las licencias del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid para abrir su nueva clínica, construida en 2004. Pero los vecinos son contumaces y por nada del mundo quieren oír hablar de abortos en los bajos de sus casas. "No sé si sabe que aquí antes había un colegio de niños, y, claro, a mucha gente no le parece el sitio más adecuado para montar una clínica de abortos", explica el conserje del edificio." (El País, ed. Galicia, Sociedad, 04/11/2008, p. 43)
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