"Soy inocente. Lo juro por mis hijos".
No, no es la frase de un ladrón de gallinas detenido por la Guardia Civil. La pronunció el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, el viernes pasado, en Bruselas, al final del Consejo Europeo. Ironías del destino. Después de convertir a los gitanos en el gran enemigo público; después de aprobar con toda urgencia un paquete de medidas de seguridad que criminaliza a los inmigrantes; después de colar esta misma semana en el Senado dos pequeñas enmiendas destinadas a garantizar su inmunidad judicial, ahí estaba Il Cavaliere, el magnate en persona, recurriendo al juramento gitano." (El País, ed. Galicia, Intenacional, 22/06/2008, p. 3)
No hay comentarios:
Publicar un comentario