27/10/23

El “espía” de Macarena Olona, más conocido como ‘joven europeo’... le hizo 'marcajes' mientras compartían piso... puse el grito en el cielo y me negué, porque yo soy muy mía. En mi esfera personal, en mi ámbito privado y de intimidad no me gusta que entre cualquiera, sobre todo si no he tenido trato con él de antemano... Al final tuve que tragar... No me di cuenta hasta después, de que el ‘joven europeo’ era un topo... la 'enterada'

 "El Grupo Municipal Vox en el Congreso de los Diputados, ha contratado como “asistente” a Miguel Rovira, más conocido como ‘joven europeo’. Rovira, muy conocido por su activismo en redes sociales, es la persona a la que Macarena Olona acusa en su libro de haberle “espiado” y realizado duros “marcajes”. (...)

Tal y como ha informado ElPlural.com, en 'Soy Macarena’, su libro de memorias editado por La Esfera de los Libros que ha adelantado en exclusiva ElPlural.com, Olona asegura que fue Tizona Comunicación S.L., la empresa de Gabriel Ariza y Kiko Méndez Monasterio que ha facturado en solo 5 años la friolera cantidad de 3.771.854 euros, la encargada de asesorarla cuando concurrió a las elecciones autonómicas de Andalucía.

Siempre según el relato de Olona, Tizona le obligó a que en su equipo de asesores se integrase a Miguel Rovira, permitiéndolo incluso instalarse en la casa que la expolítica de Vox había alquilado en Salobreña para instalarse en campaña electoral.

Este es un extracto del relato que Macarena Olona realiza en su libro sobre ‘joven europeo’, al que por error denomina Miguel Hernández:

Así relata Macarena Olona haber sido espiada 

“Un día, en una reunión en la sede de Bambú (sede nacional de Vox), Enrique Cabanas me informó de que iba a venir a instalarse con nosotros un trabajador de Tizona Comunicación al que yo no conocía de nada, un tal Miguel Hernández (sic), al que en el mundo de las redes y en Vox se le conoce como el ‘joven europeo’. Ante esto, puse el grito en el cielo y me negué, porque yo soy muy mía. En mi esfera personal, en mi ámbito privado y de intimidad no me gusta que entre cualquiera, sobre todo si no he tenido trato con él de antemano.

Yo ya sabía lo que era una campaña, lo larga que se hace, los roces que provoca el desgaste, la intensidad de los días eternos, el cansancio acumulado. Por eso quería mantener —al menos en esa casa que era sitio de trabajo, pero también de descanso y desconexión— un clima confortable entre mi equipo (…)

Al final tuve que tragar, era un trabajador y un empeño de Kiko (Méndez Monasterio)” (…).

No me di cuenta hasta después, de que el ‘joven europeo’ era un topo. Su cometido era prepararme lo que yo tenía que decir en cada discurso de cada mitin con Santiago (…)

 No supe hasta después, que entre las tareas del ‘joven europeo’ estaba controlar y apuntar lo que yo había dicho o dejado de decir de los documentos que me habían pasado, cuánto tiempo dedicaba a colocar sus directrices y cuánto a divagar y a desviarme en mis propios mensajes, los que me nacían de dentro”.

El caso es que el ‘joven europeo’ hacía ese seguimiento exhaustivo y, a veces, manipulado, porque, según supe después, tenía que pasar un informe a Madrid. Aún sin saber todavía que aquel chico era la persona que me habían puesto para espiarme y controlarme, como si de la Gestapo se tratase, tuve una enganchada muy gorda con Santiago Abascal y Ángel López Maraver a cuenta de estos marcajes”. (...)"            (José María Garrido, El Plural, 26/10/23)

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