14/12/21

El hijo de la exconsejera Vilallonga funda ahora la «Església Nacional Catalana»... una iglesia protestante «nacional» estilo anglicano que «nace con vocación de iglesia nacional de los catalanes»... es el de que en casa sólo beben champán francés, “nunca, nunca, nunca se sirve cava (…) ¿cómo queréis ser independientes si no sabéis disfrutar de las cosas buenas y normales?“

 "Mariàngela Vilallonga Vives, la hija del sastre de Llagostera, nos duró 17 meses como consejera de Cultura de racisTorra. Su aportación más relevante al bienestar de los catalanes fue proclamar quela sardana “define la raza catalana“ (lamentablemente la inventó un tipo de Jaén) y que a vegades veig massa castellà a TV3%“. Ya saben, el “a veces veo muertos” de la peli de Bruce Willis pero en lazi.

No obstante hoy nos interesa su hijo: Borja García Vilallonga (sisiplau reciti els 39 articles del Common Book of Prayer al catalanitzador de cognoms). Un personaje que entra hoy por la puerta grande en el libro de los frikis nacionalistas.

Borjita ingresó con 27 años, el 5 de mayo de 2012, en la Orden Constantiniana de San Jorge, en una solemne ceremonia en la Real Basílica de la Merced de Barcelona, con asistencia de S.A.R el Infante Don Carlos. Entonces ya se hacía llamar Borja Vilallonga García. Ací ho tenen

 3 años después Borjita (seguramente Borgeta a ca la mama) se cambió de religión, se hizo judío, se cambió el nombre por Boaz y se casó con Ilisa en otra ceremonia -esta vez judaica- en el hotel Miramar. Para la ocasión se quitó la capa de San Jorge y se caló la chistera de prestidigitador. Per cert, sembla que lo del canvi de religió (es un decir para los que profesan el nacionalismo) se decidió lejos del paispetit, en Nueva York, donde vivía sin trabajo conocido arrastrándose por cursos de Gestalt. Desde entonces de hizo llamar Boaz Vilallonga.

 A principios de 2017 los amigos de mami nombraron a Boaz-Borja director de la revista ultrasubvencionada El Temps, un fanzine editado por Eliseu Climent, valenciano que lleva muriéndose por ser catalán desde que en 1984 la Generalitat le llenó el bolsillo con millones de euros para decir a los valencianos que en realidad eran catalanes que bebían horchata. Duró 4 meses en el puesto pero Boaz parecía feliz

 Y llegó el cese de mami. Durante la cena de celebración Borja García (o como se haga llamar esta tarde), Garsía aprovechó para fardar de que en casa sólo beben champán francés, “nunca, nunca, nunca se sirve cava (…) ¿cómo queréis ser independientes si no sabéis disfrutar de las cosas buenas y normales?

 Bueno, hasta aquí Borja-Boaz-llepasubvens. Y desde hoy el «Reverendo. Dr. Borja Vilallonga, PhD, rector de l’Església de Sant Jordi, ordenado en 2018, que ha ejercido su ministerio colaborando en iglesias tanto de la Anglican Church of North America como de la Espiscopal Church». Sí, Borjita nos ha fundado por fin una «Església Nacional Catalana» (sic)

 Se llama Església de Sant Jordi y «nace con vocación de iglesia nacional de los catalanes». Es:

«La nostra església es la teva església nacional (…) celebra la Santa Comunió en comunitat, en el cor de la capital de Catalunya (…) prediquem l’Evangeli de Jesucrist als catalans en la seva llengua nacional (…) Portem i confessem la bona nova del Crist a la nació catalana, afirmando nuestro carácter católico, reformado y evangélico. Volem ser el cor del Regne de Déu en el cor de Catalunya».

 Evidentemente el tinglado del Reverendo Borja se define como una iglesia protestante «nacional» estilo anglicano, sometida al poder político nacionalista, que «sigue en líneas generales la Confesión de Fe de Westminster de 1647 y los Treintaynueve Artículos de Religión de 1571, estudiem el To Be A Christian: An Anglican Catechism (…) en tanto que católicos reformados adoptamos el Book of Common Prayer»

¿Le parece raro tanto inglés y de importación para algo que se dice catalán? No se preocupe: «nuestros sermones son siempre en catalán (…) nuestro espíritu bebe del austero fervor puritano (…) Somos catalanes, reconocemos la necesidad de llevar la buena nueva de Jesús a los catalanes en nuestra lengua propia y sin someternos a ninguna identidad o autoridad foránea. Tenemos voluntad de església nacional (…) rechazamos toda imposición política, aculturación querida y minorización del fet nacional por parte de todo cuerpo eclesial desarraigado».

 Pues ya tenemos aquí el chiringuito eclesiástico «nacional», la iglesia patriótica lazi. Quizás no hacía falta, porque en la verdadera está lleno de capellazis que han cambiado a Dios por lanació y embaucan con su ideología a los católicos sencillos. Però oi que fa goig la darrera parida d’en Borja García?

No, no cabe un tonto más. Están todos aquí.

Dolça i grillada Catalunya…"                   (Dolça Catalunya, 10/06/21)

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