19/2/18

La forma más ridícula de denunciar la contaminación de un río. El portavoz del PP en Santiago de Compostela, y exalcalde, muestra residuos en el margen del río Sar y a continuación, los lanza al agua

"Denunciar la contaminación de los ríos es una necesidad ciudadana, aunque en ocasiones se convierte en un arma política de doble filo.

Agustín Hernández, actual portavoz del Partido Popular en el ayuntamiento de Santiago de Compostela y antiguo alcalde de esta ciudad gallega, ha protagonizado un incidente que parecía ser una reclamación contra el vertido de residuos pero que finalmente se ha convertido en una demostración de la ridiculez de algunas acciones políticas.

 Diversos medios de comunicación gallegos y las redes sociales en internet han servido en las últimas horas para mostrar la forma tan singular que tiene Agustín Hernández de reclamar limpieza en los ríos.

 En un acción filmada recientemente, acompañada de declaraciones a los medios de comunicación, el portavoz del PP en Santiago denuncia la suciedad en los márgenes del río Sar (afluente del Ulla) y después de recoger algunos de los residuos enterrados los lanza al río sin que aparentemente se de cuenta de que él mismo está contaminando el río.

El alcalde de Santiago de compostela, Martiño Noriega (Compostela Aberta), no ha perdido la oportunidad para comentar el incidente con ironía a través de Twitter. Noriega denuncia el “postureo” del portavoz del PP “tirando basura al río”.
  •     Todas sabemos que hai un problema mediombiental no Sar dende hai 30 anos, pero señor ex-Conselleiro da Xunta e señor ex-alcalde do PP, isto non semella a mellor maneira de solucionalo . Recoller o lixo, mellor que tiralo ao río
Los múltiples comentarios difundidos en las redes sociales sobre este curioso y lamentable incidentes muestran que la supuesta denuncia del exalcalde popular incluye un montaje con residuos depositados y recogidos con el único objetivo de aparecer en los medios de comunicación como un defensor del medio ambiente. 



"              (La Vanguardia, 15/02/18)

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